Afecta a uno de cada diez pacientes entre los 18 y 30 años y sus causas son más situacionales o psicológicas que físicas.
Esta enfermedad suele afectar a la mitad de los hombres después de los 50 años.
La “exposición a pornografía, a las nuevas fiestas que hacen los muchachos, al alcohol, conlleva a que estos pacientes jóvenes se sometan eventualmente a una gran cantidad de requerimientos desde el punto de vista de consumo de medicamentos para la disfunción eréctil sin necesitarlo para en teoría considerar que mejoran su performance sexual”, explica el urólogo y andrólogo César Augusto González.
En hombres mayores, este problema puede ser señal de alteraciones de la circulación, el corazón o neurológicas, entre otras.
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