Asesinatos y violaciones, algunos de ellos cometidos con sevicia, encienden las alarmas por los criminales que están conviviendo entre la sociedad. Muchos de los que cometen crímenes pasan desapercibidos entre la gente y hacen parte de la cotidianidad; sin embargo, solo se conoce su verdadera cara hasta que actúan.
Si bien es cierto que los psicópatas no conforman la mayoría en la población colombiana, también hay que reconocer que cuatro de cada diez colombianos han sufrido, sufren o sufrirán una situación emocional que incide sobre su calidad de vida e influye en su comportamiento ante la sociedad, explica el doctor Rodrigo Córdoba.
Psicópatas controlan las situaciones
El presidente de la asociación de psiquiatría de América Latina además expone los comportamientos propios de un psicópata o un sociópata, quienes comparten la mayoría de impresiones frente al desarrollo de su personalidad: “saben qué están haciendo, saben para dónde van; son capaces de comprender y determinar sus actos”, lo que quiere decir que son conscientes de su proceder. Pese a que no sienten culpa, son capaces de manipular las situaciones para reducir el impacto de su voluntad.
Los tratamientos para disminuir este tipo de actitudes son prácticamente ineficaces, según el doctor Córdoba. No obstante, para las enfermedades mentales sí pueden tener influencias positivas en el cerebro de quienes las padecen.
¿Qué pasa por la cabeza de un psicópata?
A medida que estas personas desarrollan su personalidad empiezan a atropellar los derechos de los demás, aunque en principio manifiestan sus inclinaciones con animales. Generalmente es a partir de los 15 años que estos individuos demuestran drásticamente sus intenciones; lo que inicia como un impulso, puede irse convirtiendo en una conducta repetitiva.
Uno de los rasgos más complicados es su facilidad para camuflarse entre las personas. No solo pasando desapercibidos, sino expresando simpatía hacia sus cercanos “con mucha superficialidad. Siempre pensando en él más que en los demás”, añade el doctor Córdoba.