“Una atmósfera sucia, en cierta forma, protege porque activa el sistema inmune para ser resistente”, destaca un doctor del Centro Inmunológico de Tel Aviv.
Uno de cada cinco niños es alérgico, una situación que ha venido en aumento de la mano de la limpieza personal extrema, ambientes asépticos y sin riesgo de infección.
“La gente que ha crecido en ambientes poco higiénicos tiene menos enfermedades autoinmunes y menos alergias”, explica el experto Yehuda Shoenfeld.
Hay que aclarar que la extrema higiene no es el único factor que genera las alergias. También se da por factores como genética, alimentación y la contaminación ambiental. Pero la occidentalización también está fuertemente relacionada con el incremento, no solo de alergias, sino también de enfermedades autoinmunes.
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“Hay menos alergias en personas que están en el campo en comparación con quienes viven en la esterilidad de la ciudad”, explica el doctor Shoenfeld.
Varios estudios han mostrado que la exposición a gérmenes del medioambiente en niños pequeños permite un desarrollo normal de las defensas, lo cual contribuye a evitar futuras alergias e incluso, aunque suene contradictorio, los protege de infecciones.
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“No nos obsesionemos con la higiene. No nos lavemos las manos cada minuto. En casa podemos ser un poquito sucios…no está mal”, aconseja Shoenfeld, también investigador de autoinmunidad.