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¡Nos espían! Consejos para que redes y aplicaciones no se apoderen de su información personal

¡Nos espían! Consejos para que redes y aplicaciones no se apoderen de su información personal

Ni entrar en pánico ni ser ingenuos, recomienda Marcelo Liberini, vicepresidente digital de Caracol TV. Nada en internet es gratuito, siempre se busca algo a cambio.

Juan Diego Alvira: ¿Quién nos espía? ¿Nos manipulan en las redes sociales?
Marcelo Liberini: ¿Quién no nos espía en el mundo digital? Desde los rumores de la CIA a la NCA en Estados Unidos, pasando por los que colectan información de todos nosotros, todo el tiempo, en las plataformas digitales. Google, Facebook, Twitter, Instagram, WhatsApp, los asistentes de voz, todo el mundo está escuchándonos, todo el mundo está tomando información nuestra.
Recientemente vi una foto que se hizo viral, de Zuckerberg, el duro de Facebook. Lo estaban entrevistando y tenía tapada la cámara y tapado el micrófono. ¿Uno debe hacer eso?
Es recomendable.
¿Por qué?
Porque, en ese caso, los hackers pueden estar tomando control de tu computador y tomando control de tu cámara y micrófono. Si él mismo lo está haciendo, es porque se hace y es normal. Esa no es la forma de espionaje tradicional, esa ya es una forma de espionaje muy particular de hackers que pueden tomar control de tu cámara, de tu computador, y estar viendo lo que estás haciendo.
¿No se trata de caer en la paranoia?
No, por supuesto, sino de tener claro cómo uno debe comportarse en el mundo digital, en el mundo tecnológico, y tener algunas precauciones para estar siempre muy atento a lo que se está haciendo.
Hablemos de algunos de esos trucos que hay para evitar ser presa fácil de los hackers…
Lo primer es educación. Lo más importante es no ser sumamente confiado ni extremadamente desconfiado, sino estar muy atento. Tener presente las llamadas ‘condiciones de uso’, que es algo que casi nadie hace. Cuando uno descarga una aplicación y comienza a tomar un servicio, lo primero que aparece son esos términos y condiciones de uso que son larguísimos.
Es como la letra menuda, uno no se la lee…
Son términos legales, absurdos, y uno nunca los lee. Uno quiere rápido empezar a usar esa aplicación porque me la recomendó algún amigo, porque alguien quiere contactarse conmigo y, entonces, le damos aceptar. Pero sí es recomendable entender a qué uno se expone porque ahí están, no las exposiciones a los hackers, pero sí ciertas condiciones de uso que le dan permiso y autorizaciones a los dueños de esas aplicaciones para hacer algo con la información que le estás dando.
Uno llena ahí una serie de formularios…
Y no solo eso. Solamente tu consumo, tu uso de la aplicación, ya le está dando información al dueño de esa tecnología.
Recientemente hubo polémica por la aplicación que envejecía a los usuarios…
Lo que se rumoraba era que el dueño de esa aplicación estaba tomando información, de todos los que estaban haciendo su FaceApp. para entender más claramente el envejecimiento de las personas. A lo mejor detrás de eso había hasta un estudio médico genuino. Pero, ¿quién era el dueño de esa aplicación y para qué lo podría llegar a usar? Uno lo podía estar usando para divertirse y no saber para dónde va esa información.
Otro punto claves es revisar la configuración de la cuenta, las redes sociales, los sitios de comercio…
Totalmente. La configuración arranca por la clave que uno le pone a su cuenta. Para no olvidarse, uno suele poner la misma contraseña en todas sus cuentas. Revisar la configuración es importante, sobre todo, por cuestiones de privacidad. Las redes sociales, en particular, siempre le dan a uno la posibilidad de definir el uso y los límites que uno le pone a lo que hace. Pero, por lo general, viene una configuración por defecto y la gente no suele cambiarla. Siempre es bueno aprender y entender para poder determinar, cuando uno pone cierta información en las redes sociales, quién las puede ver, quién las puede compartir, hacia dónde llega.
Hay otro tema polémico: el uso de la publicidad en las redes sociales. Algunos dicen que ahí hay cierta manipulación…
Definitivamente la hay. Sobre todo, las aplicaciones sociales tienden a llevar a la gente a un uso intensivo. Eso es profeso que uno, cuando tiene un rato libre, empiece a utilizar durante cinco minutos las redes sociales, la que sea, porque te llevan a eso, porque ahí están las personas que son tus amigos, porque ahí está cierta información y cierto contenido que te interesa consultar.
Cada vez que entras a una red social, que entras a una aplicación, están tomando información que autorizaste, en esos términos y condiciones que aceptaste sin revisar. Autorizaste que tomen de vos información para manipularla, idealmente en forma anónima, para meterla en sus motores de inteligencia artificial, para entender tu comportamiento y, a partir de esto, empezar a ofrecerte una publicidad, muchas veces invasiva, orientada a cosas que te pueden llegar a interesar.
Lo que pasa es que eso debe tener en algún momento un límite. ¿Dónde está el límite de entregarte publicidad a cambio de conocer en exceso cosas de vos?
Lo estudian a uno minuciosamente a través de todas estas tecnologías, algoritmos, y después le dan sutilmente lo que puede interesarle…
Y no está mal. Ese es el Santo Grial para el anunciante, que uno pueda dirigir su publicidad específicamente a las personas que tienen más potencialidad de comprarme. El problema no está en dirigir una publicidad y en el mensaje del anunciante, el problema está en si vos le estás entregando demasiada información personal a una plataforma digital y no lo sabías, a cambio de un supuesto servicio gratuito que no lo es. No existen los servicios gratuitos y uno está permanentemente entregando información de comportamiento, información personal, las imágenes que sube, los post que pone, los contenidos que alimenta, los comentarios, hasta incluso los movimientos que está haciendo dentro de la aplicación.
Pregunta un televidente: si han accedido a mis datos con alguna aplicación que instalé, la cual luego elimino de mi dispositivo, ¿se acaba esa manipulación o ya quedó instalada y sigue absorbiendo mi información?
Si esa aplicación es una aplicación sana, una vez que se desinstaló ya no hay manera que siga tomando información. Para eso están incluso los sistemas operativos, sea Android, sea IOS de IPhone. Cuando uno desinstala, ya no hay manera de que esa información termine llegando al dueño de esa aplicación. Lo que no quiere decir que no siga fluyendo dentro de tu dispositivo toda esa información. Que vos desistas de una aplicación no necesariamente te genera que todo lo que le diste no siga estando en el dispositivo hasta que lo decida el sistema operativo. Pero, en general, por lo menos la tranquilidad es que difícilmente, a no ser que haya alguna técnica de hackeo, el dueño de esa aplicación seguirá recibiendo información tuya.
¿Hay que hacer entonces lo de Zuckerberg, tapar los micrófonos?
Eso sigue evolucionando, no solo en el computador. En tu teléfono móvil, también empezó a suceder últimamente, hay mucha más información de los asistentes de voz... el Ok Google o el Alexa de Amazon en tu casa, o el Google Home, que están todo el tiempo escuchando. La función de esos dispositivos es estar todo el tiempo escuchando porque vos los activas. Google lo reconoció, que en un porcentaje menor lo están haciendo, están escuchando y recopilando esa información para algún fin comercial y uno nunca sabe para qué más.
Hay un concepto suyo que me llama mucho la atención y es el concepto de la ciudad en este mundo digital. ¿Cómo es eso?
Yo escucho en varias oportunidades hablar de los troles y que las redes sociales son una cloaca, una cosa negativa. Por supuesto, como decíamos al principio, uno no tiene ni que generar pánico ni ingenuamente entregar todo, ni tampoco hacer cosas sin saber. Una red social es una cloaca si uno se va a la cloaca. Si lo quieres, en vez de una cloaca, una red social puede ser una ciudad, el mundo mismo.
Yo de visita a Nueva York puedo pasarme dos semanas en El Bronx, volver y decir: ¡qué cloaca que era Nueva York! Es mi decisión: si yo me quiero meter en las cloacas, voy a vivir en ese submundo de troles y de agresividad. Pero si prefiero entrar a una red social e ir a los “museos”, a los “parques”… en las redes sociales hay de todo, depende de dónde me ubico, depende de qué tan saludable sea yo, con quién interactúo y cómo interactúo. Siempre digo que es una cuestión de educación.

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