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Bala perdida acabó con la vida de un joven con discapacidad cognitiva

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Kevin Santiago Noreña tenía 17 años y una discapacidad cognitiva leve. Mientras visitaba a su papá, en un taller de mecánica del barrio Naranjal, en el Occidente de Medellín, un sicario desfundó su arma y disparó contra la humanidad de otra persona, Kevin recibió una de las balas y murió.
El General José Gerardo Acevedo, comandante de la Policía Metropolitana del  Valle de Aburrá, aseguró que “los vecinos lo que hicieron fue reaccionar contra el sicario, y este cuando vio que los vecinos reaccionaron contra él, hizo disparos indiscriminadamente y lamentablemente nos hirió a este joven de 17 años con discapacidad que posteriormente fallece en un centro hospitalario”.
Una tía de Kevin relató el último momento en el que tuvo contacto visual con el niño, como le decían cariñosamente, a pesar de sus 17 años, justo antes de la balacera: “yo estaba adentro de la casa, él me timbró, yo me asomé al balcón y le dije que le iba a tirar las llaves y no alcancé sino a escuchar los tiros, cuando me asomé a ver lo que había pasado ya lo vi que se había corrido un poquito, pero ya se estaba desplomando”, contó Teresa Zapata.
Sus familiares lloran la muerte de un soñador, algunos videos muestran su afición por el canto. Hoy no se explican por qué le tocó a él.
“Lo único que él hacía era soñar, como lo pueden ver en sus videos. Era un loquito soñador de sus vallenatos, hincha del Medellín”, dijo su tía.
De acuerdo con la Policía, la persona contra quien iba dirigido el ataque del sicario tiene muerte cerebral. Kevin fue sepultado en las últimas horas en un cementerio de la ciudad.

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