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El trancón por la carrera Séptima: "Son como seis horas cada día en esto"

En medio de la discusión por el corredor verde de la carrera Séptima, que quiere impulsar la alcaldesa Claudia López, Noticias Caracol se subió a los buses y vivió con los ciudadanos los interminables trancones.

Trancones por la carrera Séptima de Bogotá tienen cansados a quienes transitan este corredor vial.

En un dolor de cabeza se convirtió para miles de bogotanos tomar transporte público o utilizar sus vehículos particulares por la carrera Séptima. A diario, un trayecto corto por esta vía, que tiene 22 kilómetros, puede tardar entre treinta minutos y dos horas en hora pico.

La alcaldesa de Bogotá, Claudia López, explicó en Noticias Caracol cómo será el corredor verde de la Séptima, un proyecto que busca mejorar la movilidad de esta importante vía arteria pero que genera una gran polémica.

Noticias Caracol estuvo con los bogotanos que deben sufrir los trancones por esta vía y les preguntó al respecto.

Trancón de la Séptima: de norte a sur


A las seis de la mañana, miles de bogotanos ya enfrentan en el trancón por la carrera Séptima, una vía que prácticamente atraviesa a la capital.

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De norte a sur, el embotellamiento se ve desde la calle 200 hasta la calle 183.

El viacrucis de Carmenza comienza desde el barrio El Codito. La diferencia es que no debe transitar por 14 estaciones sino por trancones monumentales.

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"Es un trancón de casi 40 minutos. Para que el bus se acerque aquí son más o menos 25 minutos y de acá hasta allá, otros 20 minutos", relata a Noticias Caracol.

El primero es a unas cuantas cuadras de su casa: la calle 183 con Séptima. "Hay que salir con muy buen tiempo, si no uno no llega a la hora indicada al trabajo”, explica Carmenza.

Es una procesión que también lleva Marlén por dentro: “La vía es muy angosta, hay muchos carros, aparte por aquí se meten los buses que van para los colegios que bajan a la 170. Es muy complicado”, añade.

Estas dos mujer son el rostro de las vicisitudes que enfrentan los bogotanos para transitar por la carrera Séptima, una vía que está llena de puntos críticos para el tráfico como el de la calle 142 hasta la 135.

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Carmenza y quienes abordaron el bus con ella tardan una hora desde la 200 hasta la 92 con Séptima.

Allí el punto se torna muy difícil porque la vía pasa a un solo carril: uno para bicicletas, otro para carros particulares y uno exclusivo para los buses.

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Esta fue una decisión de la malla que mejoró los trayectos de Jules Bertrand, un francés de Lyon, pero cuya casa ahora es Bogotá, desde hace un año y medio.

Reconoce que el talón de Aquiles de la ciudad es la movilidad, por eso va a su trabajo en patineta: “Si no es por este medio casi no llego", explica.

Dice que se deben mejorar las condiciones de las vías y hacer más conexiones de ciclorrutas como lo plantea el corredor verde por la séptima.

La congestión y el alto flujo vehicular son una constante llegando al centro de Bogotá. Otros puntos con bastante congestión son la carrera Séptima desde la calle 85 hasta la calle 72 y en la misma arteria vial desde la calle 57 hasta la 45, un sector universitario.

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"A la hora de la salida de la universidad es bien complicado. Por ejemplo, de 6:00 p.m. a 8:00 p.m. Por la mañana también toda esta zona es complicadísima", relata el estudiante universitario David Pérez.

El bus de Carmenza tardó una hora y 45 minutos para llegar al centro, después de recorrer 22 kilómetros.

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El trancón de la séptima: de sur a norte


Una de las habitantes de la ciudad que viven este dolor de cabeza cada día es Leonor Peña. Ella reside en Usme y trabaja en el norte de Bogotá. Todos los días debe atravesar la capital, para llegar a la 145 con séptima.

"Salgo a las 5:30 a.m. y llego a las 8:30 a.m. Cojo tres o cuatro buses. Y llego tarde porque mi entrada es a las 8:00 a.m. y llego a las 8:30 a.m. o a las 9:00 a veces. Y al regreso es lo mismo. Son como seis horas cada día en estos trancones. Pero ¿qué más se hace?, le toca a uno trabajar, es el sustento de uno”, recalca.

Leonor Peña es una de las tantas historias de mujeres y hombres trabajadores que todos los días se levantan a las cuatro de la mañana para alcanzar a llegar a las ocho al trabajo. Pero así como ella lo cuenta, coger la carrera séptima y más en hora pico es sinónimo de estrés y angustia, angustia que vive de lunes a sábado desde hace ocho años, por los trancones.

Todos los protagonistas del recorrido en bus por la séptima que hablaron con Noticias Caracol coinciden en algo: quieren que les mejoren su movilidad, para no pasar horas y horas metidos en un bus, y poder tener más tiempo para sus familias.

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