Mauricio García es realizador audiovisual y en la tarde de este miércoles se vistió como un habitante de calle para recolectar monedas.
Su sorpresa fue mayor al comprobar que cuando abordaba a la gente pidiendo una, a pesar de su aspecto sucio, muchos se la daban. En una hora recolectó cerca de 11 mil pesos.
Este experimento que realizó la Alcaldía de Medellín tiene un propósito: desestimular la entrega de limosnas a los habitantes de la calle.
Luis Bernardo Vélez, secretario de Inclusión Social de Medellín, manifestó que estas personas tienen graves problemas de alcoholismo y drogadicción: “Cuando le damos una moneda no les estamos ayudando, por el contrario, los estamos hundiendo en ese mundo de las drogas”.
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Una de las personas que respalda esta tesis es Rosa Montoya. Ella vivió cinco años en las calles y da fe de que la limosna que recibía tenía como fin la bolsa de sacol (pegamento) y la dosis de bazuco.
En la actualidad Medellín tiene cerca de 3.500 habitantes de calle y la Alcaldía dice que si la gente quiere ayudarles no les dé monedas, ya que la administración local cuenta con centros de recuperación para ellos.
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