Se llevaron más de $900 millones en mercancía y lo hicieron en presencia de un vigilante, quien al parecer fue engañado.
A plena luz del día la banda ingresó al local en el centro comercial. Las cámaras de seguridad muestran a un individuo con delantal y tapabocas, quien se hace pasar por domiciliario. Junto a él está una joven y un poco más retirado un hombre que viste como enfermero y parece hablar por celular.
Después de unos segundos, el supuesto domiciliario sale del lugar en lo que parece ser una jugada para vigilar el pasillo. Frente a él pasan personas que no notan lo que sucede dentro de la joyería.
De repente, un vigilante del centro comercial ingresa al local que está siendo asaltado. Allí, según información de los denunciantes, ya estaban los delincuentes. Una de las mujeres que hacía parte del grupo de ladrones se hace pasar como empleada para firmarle una minuta al vigilante.
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La denuncia señala que el enfermero y la mujer tenían amordazados en un cuarto a las dos empleadas, a quienes supuestamente amenazaron y las obligaron a llenar varias bolsas con joyas.
Cuando el vigilante sale del local, aparece un cuarto hombre, al parecer cómplice de los delincuentes. El hombre se detiene frente a la joyería y luego camina más adelante, también vigilando.
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En ese momento el hombre que se hace pasar por mesero entra al almacén y luego sale con una bolsa repleta de joyas, pero se encuentra de frente al vigilante. Increíblemente, el guarda tampoco se percata del hurto.
Los otros dos cómplices salen detrás, también con más joyas en una bolsa.
La Sijín asumió la investigación para determinar cómo lograron su cometido a plena luz del día y dentro de un establecimiento con seguridad privada.