Cristóbal Arias llegó caminando a su casa sin saber que tenía la hoja en la cabeza. Por sus propios medios fue al hospital y allí sorprendió a los médicos.
El afectado afirma que pese al ataque nunca sospechó que tenía una herida de tales dimensiones.
No obstante, fue al hospital de Kennedy para ser atendido por sentir una molestia en la cabeza.
Efectivamente los médicos descubrieron que tenía incrustado parte de un cuchillo gracias a una radiografía.
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Un grupo interdisciplinario del centro médico asumió la delicada operación y logró que el paciente saliera sano y salvo.
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