Llegada de la FARC, la nueva composición del legislativo y las movidas de los partidos para aumentar sus asientos en Cámara y senado son temas clave.
El Congreso de la transición, así califican algunos al nuevo parlamento que se escogerá el próximo 11 de marzo y se instalará el 20 de julio.
Varios son los cambios que habrá en la rama legislativa, el primero y más importante, su tamaño: en el Senado, hasta hoy, hay 102 senadores, mientras que en la Cámara 166 representantes; con la favorabilidad dada al nuevo partido político FARC habrá diez curules adicionales, cinco en cada corporación.
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También se habilitarán otros dos puestos, correspondientes al candidato a presidente y vicepresidente que pierdan en las elecciones. Pasarían a liderar la oposición al Gobierno en el Congreso. El primero iría a Senado y el segundo a Cámara.
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A nivel electoral, los partidos pequeños están frente a la amenaza del umbral, que corresponde al 3% del total de votos válidos y que condiciona su personería jurídica.
El segundo cambio tiene que ver con la configuración de las fuerzas políticas. La llegada de la FARC al Congreso planteará un nuevo escenario de coaliciones, posiblemente, con la denominada ‘lista de la decencia’.