Como positiva, así calificaron las autoridades de Santiago de Cali la primera noche de toque de queda y ley seca que se impuso en la ciudad. Pese a lo anterior, algunos comerciantes y comensales se quejaron, pues aseguran que este tipo de medidas les genera pérdidas y recorta el tiempo de ocio.
Para cumplir con lo establecido, los locales dejaron de recibir clientes a las 10:00 p. m., y a la medianoche ya estaban poniendo los candados en las puertas de los establecimientos.
“Esto nos afecta a nivel de ventas y de propinas, que es lo que nos ayuda a los meseros y a administradores a ganar más dinero”, aseguró Gabriel León, administrador de un restaurante.
Por otro lado, los comensales como Camilo Pérez también mostraron su desazón, pues la medida hizo que la velada se quedara corta: “Nos pasaron la cuenta media hora antes, dijeron que tenían que cerrar e irse a sus casas, me parece innecesario”.
Publicidad
Cabe resaltar que las restricciones se impusieron para evitar los contagios de coronavirus COVID-19 y reducir los pacientes que están en las UCI de la ciudad.
Publicidad
Hasta el 16 de diciembre, fecha en la que terminaría el toque de queda y la ley seca, la Policía de Cali realizará patrullajes en las zonas gastronómicas y de esparcimiento nocturno de la ciudad.
“Sobre los establecimientos nocturnos y en zonas barriales, esto con el fin de contener comportamientos contrarios a la convivencia”, manifestó Manuel Vásquez, comandante de la Policía Metropolitana de Cali.
Los caleños que sean sorprendidos violando estas normas podrían enfrentarse a sanciones económicas que se acercan al millón de pesos.
Publicidad