Ricardo Lozada es un reciclador que pernocta en un caño del barrio Bonanza de Engativá. Fue víctima de inescrupulosos que prendieron fuego a sus pertenencias.
“Yo salí como una hora y cuando volví todo estaba en candela”, dice.
“Tenía un colchón que me habían regalado nuevecito, ni siquiera lo había estrenado”, lamentó.
Este hombre no descarta que tras esos ataques estén ladrones que han intentado robar en el barrio y que no han podido gracias a que él ha avisado a los celadores.
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Otra víctima de la intolerancia es Jefferson Mansilla, quien se salvó de morir quemado cuando estaba durmiendo.
“Tipo 3 de la mañana sentí el fuego, el perrito estaba ladrando y mi mujer estaba asustada. El fuego ya estaba encima de nosotros y me quemé”, relató.
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Las autoridades revisan las cámaras de seguridad para hallar a los responsables de este reprochable acto.
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