Las autoridades organizaron todo para el evento en donde recibieron el sacramento niños de hasta seis años.
Con una fiesta como nunca la imaginaron, doce familias afectadas por la contingencia en Hidroituango participaron en la ceremonia de bautizo de sus hijos.
La Policía celebró, organizó la ceremonia y como en toda fiesta no podía faltar el ponqué y el buen traje.
“Esperamos tener cosas mejores para los niños luego de la emergencia”, afirmó Daisy Uribe, habitante de la zona.
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La misa fue colectiva y decenas de personas se encomendaron al Todo Poderoso para que sus vidas vuelvan a ser como antes.
El coronel Ernesto Rodríguez Cortés, comandante de la Región Seis de la Policía, afirmó “aquí todos están disfrutando con sus padres y padrinos y realmente es un momento de espiritualidad”.
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Seguramente mucho de estos bebés en el futuro contarán que, en medio de las dificultades de un campamento, recibieron el sacramento del baitizo.
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