El domingo, los líderes de la protesta aceptaron la invitación del presidente colombiano, Juan Manuel Santos, para dialogar a partir de este martes en Bogotá.
Los labriegos, en un "gesto de buena voluntad", despejaron la carretera que lleva a Ocaña, la segunda ciudad de Norte de Santander y una de las dos en donde se concentran los miles de manifestantes.
El Gobierno asegura que recibió con "satisfacción" la decisión de los manifestantes para "continuar con el diálogo en Bogotá" y señaló que "está listo a continuar" con la comisión de entendimiento, conformada por los ministros para el Diálogo Social, Interior, Hacienda, Agricultura, Defensa y Trabajo.
El Ejecutivo señaló, además, que está dispuesto a trabajar para diseñar "una metodología" que dé prioridad a la problemática social de los campesinos del Catatumbo.
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Agregó que los once alcaldes de la región del Catatumbo y la provincia de Ocaña, así como la Gobernación del departamento de Norte de Santander, están invitados a participar en la mesa, que se espera reinicie sus actividades mañana en la capital colombiana, según lo acordado por las partes.
La protesta congrega a miles de campesinos en Ocaña y en Tibú, esta última una importante zona petrolera del país.
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Los campesinos reclaman del Gobierno la suspensión de la orden de erradicación manual de hoja de coca, alternativas a esos cultivos ilícitos, la declaración de una Zona de Reserva Campesina y el fin de los grandes proyectos de minería y agroindustria.
Durante las protestas murieron cuatro campesinos que participaban en las movilizaciones y además resultaron heridas otras 49 personas entre civiles y policías.