Foto: Colprensa
Entre los 2.500 invitados a la firma del Acuerdo Final de Paz entre Gobierno y FARC, celebrado el pasado lunes en Cartagena, estuvo presente un nutrido grupo de víctimas del conflicto armado, gran parte de ellas provenientes del suroccidente colombiano. Familiares de diputados del Valle del Cauca, asesinados en cautiverio, y el alcalde de Cali, Maurice Armitage, asistieron al acto.
Para Armitage, secuestrado en 2002 por esta guerrilla y en 2008 por delincuentes que pretendían venderlo al grupo insurgente, el acto del que fue testigo en La Heroica ha sido el más importante al que ha asistido en sus 71 años de vida.
"Creo que para Colombia entera es volver a nacer. Por fin vamos a ver la luz al final del túnel los colombianos, en entendernos por el lado amable. Si hemos salido adelante con esta pelea, imagínese lo que podemos hacer pudiéndonos mirar a los ojos. La paz se genera entendiéndonos en la diferencia", expresó el Mandatario caleño.
Algunos de los presentes experimentaron sentimientos agridulces, como el caso de Jhon Jairo Hoyos, hijo de Jairo Hoyos, uno de los doce diputados vallecaucanos secuestrados por las FARC en 2002 y quien murió en cautiverio junto con diez compañeros más.
"Mucha tristeza por el recuerdo de mi padre que siempre soñó un país en paz. Se siente nostalgia en el corazón, que él haya muerto en medio del conflicto y, por fin, hoy llegue esa firma de paz entre las FARC y el Gobierno. Una ilusión, una esperanza de que el sacrificio de mi padre no haya sido en vano", manifestó Hoyos.
A su vez, el hombre resaltó que el reto de esta guerrilla será demostrar su compromiso con lo pactado. "Estábamos esperando la palabra de pedir perdón, ellos tendrán que refrendar ese perdón. Todos los días tendrán que demostrar que no volverán a atentar contra ningún colombiano. No una bala más, no un fusil más, no un secuestro más, no un muerto más, no un niño secuestrado más", puntualizó.
La firma final de los acuerdos también fue un motivo de celebración para las poblaciones del país más golpeadas por el conflicto armado con las FARC en más de 50 años.
"Yo creo que nos permite renacer como pueblos indígenas. Permite reconstruir los daños ocasionados a los colombianos. Creo que es una oportunidad y una esperanza, como lo ha dicho el presidente Santos", manifestó Alcibiades Escué, alcalde de Toribío.
Las victimas concordaron además en que las expectativas están puestas ahora en el posconflicto y en que el acuerdo de paz se sostenga en el tiempo.