Al restaurante de doña María Emilse Cardozo llegaban cientos de caleños y turistas que, sagradamente, cada fin de semana y festivos, subían a Pance, La Vorágine y San Francisco, zona rural del sur de Cali, para disfrutar de un día cerca del río.
De esto, ahora, solo queda el recuerdo y el sabor amargo de las pérdidas por culpa de la pandemia del coronavirus COVID-19 , pues doña María se declaró en quiebra.
“Dicen que ahora uno gasta más energía, pura mentira, porque quienes vivimos por acá siempre mantenemos en la casa y hacemos lo mismo. Entonces, no gastamos más energía, antes, hemos apagado enfriadores, neveras, de todo, y los recibos, bien caros”, señala.
El mismo drama lo vive Diego Forero, dueño de otro establecimiento en la zona y quien asegura que, por el festivo de este lunes, este domingo es un “día que era para reventar”, pero “el negocio está totalmente cerrado”.
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Sin turismo, no tienen cómo sostenerse y aunque han intentado reinventar sus servicios, las personas que viven del consumo de los visitantes de Pance no logran recuperarse.
“Mi madre tenía diez empleados. Ahora, solo tiene tres y eso que haciendo esfuerzos porque no da para más. No sabemos hasta cuándo vamos a aguantar”, dice Luz Enid Gómez, propietaria de balneario.
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Desde la Alcaldía de Cali se están planeando estrategias para la reapertura gradual de los negocios y, así, se presente una reactivación económica.
“Son fundamentales los protocolos que ha dado el Ministerio (de Salud), que va a acompañar la municipalidad, a través de la Secretaría de Salud, y donde se va acompañar lo que es la reactivación de las Tres Cruces, Cristo Rey, Pance y San Antonio”, afirma Carlos Martínez Noguera, secretario de Turismo de Cali.
Mientras eso ocurre, los más afectados esperan ayudas para mitigar las pérdidas que les ha dejado la pandemia del coronavirus COVID-19, la cual tiene a Colombia en una cuarentena que ya cumplió dos meses.
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