La Policía Nacional y Bogotá están de luto tras el fallecimiento de la sargento mayor Flor Elba Maldonado, una uniformada que dedicó su vida al servicio de los menos favorecidos en el sur de la capital de Colombia.
En sus 30 años de carrera dentro de la institución, mamá Flor, como era conocida en Ciudad Bolívar y Soacha, logró arrebatarle más de ocho mil niños a la delincuencia común, además de edificar un colegio para brindar nuevas oportunidades a la juventud.
Isilda Cifuentes, madre de la sargento, recuerda a su hija como una mujer “juiciosa” desde sus primeros años de vida.
“Ella estudió su bachillerato y se vino para Bogotá. Después de varios años nos trajo a mí y a mi esposo. De ella recuerdo que en estos días me dijo que me cuidara, que tuviera mucha paciencia”, afirmó Isilda.
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Por otro lado, el teniente Cristian Burgos Maldonado, hijo de Flor Elba, quien decidió seguir los pasos de su progenitora, aseguró que la recuerda como una mujer valiente y fiel a su vocación de servicio.
“Ella siempre tenía las ganas de hacer el bien. En ella encontramos a una mamá amorosa. Mi señora madre era muy querida por la comunidad, a todos les abrió su corazón”.
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Flor Elba descubrió que la falta de oportunidades de los niños de Caracolí, uno de los sectores más marginales de la localidad de Ciudad Bolívar, era aprovechada por las bandas criminales para reclutarlos.
Por eso, y con ayuda de la comunidad, se dio a la tarea de arrebatar a los niños de las garras de la delincuencia con estudio y nuevas oportunidades.
No contenta con eso, mamá Flor edificó el centro educativo Amigos de la Naturaleza.
Ella decía que los niños tenían que ser personas con valores y vocación de servicio: “Queremos lograr que ellos sean personas de bien, que sean ciudadanos ejemplares”.
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Dayana Jaramillo, una de sus estudiantes, recalcó que la sargento se convirtió como en una segunda madre para ella y sus compañeritos de estudio.
"Ella es ejemplar para la patria, para el colegio y para los alumnos. Ella es como nuestra segunda madre, la quiero mucho”, dijo la niña.
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Paz en la tumba de Mamá Flor, quien falleció tras una larga enfermedad. Fue una mujer que, más allá de su función como sargento de la Policía, dedicó su vida a generar oportunidades para los niños menos favorecidos.