Un niño de nueve años se convirtió en la cuarta víctima de la pólvora en los últimos 15 días en el Valle de Aburrá. Su caso fue tan grave que el menor tuvo que ser sometido a un trasplante de hígado.
El niño, según relata su madre Tatiana Pérez, mordió un tote de pólvora el pasado 11 de noviembre en el barrio El Tablazo del municipio de Itagüí. Si bien el niño escupió parte de la sustancia, las complicaciones llegarían un par de días después cuando éste comenzó a vomitar.
Según la madre, al ver que el pequeño no mejoraba, lo llevó al Hospital San Rafael de Itagüí en donde diagnosticaron que el pequeño estaba gravemente intoxicado, por lo que lo trasladaron de inmediato al Hospital General donde determinaron que era necesario un trasplante de hígado.
Solo hasta el pasado martes 25 noviembre, por fortuna, resultó el donante del hígado, procedimiento que se llevó a cabo en el Hospital Pablo Tobón Uribe con éxito, según un reporte de la misma entidad, ya que el menor está reaccionando positivamente.
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