Soltar y dejar atrás las historias de violencia y dolor fue la motivación del encuentro musical que hace la Secretaría de Gobierno y Derechos Humanos a 300 internos en Bellavista.
Compartir experiencias de vida y pensar la promoción de la convivencia como factor de protección mediante el uso de la palabra y la música buscaban con este espacio, para que los actores del conflicto, logren comprender que existen espacios cotidianos para pensar en el desarme: el físico, el emocional y el de ciudad.
Alejandro Flórez, está recluido en el Centro Penitenciario y Carcelario Bellavista hacecinco años y cuatro meses, dice que cada acto tiene una consecuencia “Un arma es un objeto muy peligroso que hace mucho daño. Hace algunos años tener un arma me generaba adrenalina y poder, pero no pensé que ese sentimiento me llevaría a cometer un delito que me haría perder a mi familia”.
Este acto se hace en la Semana por el Desarme, para sensibilizar y trabajar de forma directa con la población atendida por el Sistema de Responsabilidad Penal para Adolescentes y con reclusos del Centro Penitenciario Bellavista pertenecientes al proyecto “Promoción de los Derechos Humanos a la Población Carcelaria y su Reintegración Social”, como aporte complementario a su proceso de resocialización.
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