La Comisión Segunda del Senado de la República aprobó este miércoles, con diez votos a favor y dos en contra, el ascenso del general Francisco Patiño. Resta ahora el visto bueno de la plenaria.
El alto oficial está envuelto en una controversia por la muerte, a manos de uno de sus policías, del joven Diego Felipe Becerra, un oscuro episodio ocurrido en 2011 en Bogotá.
El martes, ante el Congreso, el fiscal general de la Nación, Eduardo Montealegre, advirtió que el fallecimiento de Becerra fue un "falso positivo urbano" y que tiene cómo demostrar que la policía judicial manipuló la escena del crimen y las pruebas para intentar desviar la investigación.
Este miércoles, antes de la votación en la que fue aprobado el ascenso, el propio comandante de la Policía Nacional, general José Roberto León Riaño, ofreció disculpas por lo ocurrido con el grafitero.
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"Estamos dándole la cara al país y quiero, en nombre de todos mis policías, aquellos que de manera sistemática ofrecen su vida por mejores condiciones de seguridad para los colombianos, ofrecer excusas públicas a la familia de Diego Felipe Becerra. La institución se equivocó, pero fueron unos pocos", señaló.
Para la época de los hechos, Patiño era comandante de la Policía Metropolitana de Bogotá y estaba a cargo de Wílmer Alarcón, el uniformado que le disparó a Becerra argumentando que este había robado un bus, versión que ha sido desmentida.
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