El Valle del Cauca es la región del país más afectada económicamente por los bloqueos en el marco del paro nacional. Según Esteban Piedrahita, presidente de la Cámara de Comercio de Cali , esta situación tiene repercusiones a todo nivel.
“Hay que recordar que el Valle del Cauca es el principal abastecedor de alimentos, medicamentos bienes de cuidado personal y de higiene de Colombia. Mientas que Buenaventura es el principal puerto importador. Lo que hemos podido establecer, en una encuesta a 1.700 empresas, es que un 41% están completamente paradas y un 47% están operando a media máquina”, detalla Piedrahita.
Sectores como industria, comercio, construcción son los más golpeadas, mientras que el gremio de servicios muestra un poco menos de afectación.
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“Estimamos que las pérdidas en producción durante la primera semana del paro son de 1,2 billones de pesos; ya en semana y media iríamos en casi $2 billones en pérdidas”, expuso el presidente de la Cámara de Comercio de Cali.
De acuerdo con Piedrahita, este panorama no solo afecta a las pequeñas, medianas y grandes empresas sino a todos los hogares colombianos en general, pues detrás de esto vienen los despidos, la escasez de productos y el incremento de precios.
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“Casi un 8% de las empresas dicen que van a cerrar su empresa y un 2% que van a cambiar de negocio, casi que un 10% de esas empresas desaparecerían. El 64% reporta que se disminuyó sus ventas y más de un 26% reporta disminución de trabajadores”, detalla el vocero.
“Las cifras de desempleo venían mejorando y teníamos una dinámica positiva, pero ahora, nuevamente, cunde la desesperanza de todos los empresarios. Incluso, más del 60% piensa que el segundo semestre del 2021 será peor -que era el de la recuperación- que este primero del 2021”, añade.
Finalmente, Piedrahita expone que se necesita estabilizar la economía del país para resolver los reparos de los manifestantes, que en su mayoría apuntan al bolsillo de los colombianos.
“Ojalá podamos encontrar una manera de manifestarnos y dialogar al tiempo que trabajamos, porque si asfixiamos la economía no va a haber nada sobre qué dialogar ni recursos con qué resolver reclamos”, advierte Piedrahita.