Perforaciones graves y envejecimiento provocado por temperatura o desgaste excesivo son algunas de las señales de alarma para el mantenimiento.
Esté alerta cuando tengan cortes o deformaciones, especialmente en el costado, los rines, o el caucho.
El envejecimiento, provocado por temperatura, falta de mantenimiento o condiciones de almacenamiento es otra señal.
Además, la velocidad del vehículo, la presión y el estilo de conducción inciden en la durabilidad.
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Después de cinco años, chequee las llantas con frecuencia.
Para identificar el desgaste excesivo: la profundidad de labrado debe ser mayor a un milímetro, para no comprometer la adherencia de las llantas.
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Tenga en cuenta también el desgaste anormal, el cual ocurre en el centro o los costados, este podría indican problemas de alineación, balanceo, suspensión o presión de inflado.
Sin embargo, pregunte en su taller de confianza, donde le ayudarán a determinar si el problema tiene arreglo, o si es mejor comprar llantas nuevas.