Vio morir amigos, pasó hambre, fue domiciliario y árbitro y luchó hasta ser campéon con Millonarios
En el 'Anecdotario' de Gol Caracol se recrean historias de futbolistas que pasaron las duras y las maduras hasta coronar grandes objetivos. Acá recreamos una de ellas.
Andrés Cadavid y varios jugadores de Millonarios en una sesión de fotos en El Campín.
"Papá no hay nadie en el fútbol, me tocó duro y yo todo me lo gané a pulso". Esas palabras reflejan lo que ha sido la vida de Andrés Felipe Cadavid, nacido en Medellín y de 39 años, quien escribió su propia historia en el fútbol, logrando dos títulos con Millonarios, de Liga en 2017 y Superliga en 2018, y dos Copas Colombia con el Medellín.
Pero para coronar esos objetivos, el antioqueño tuvo que hacer camino al andar y luchar contra viento y marea. Los primero que tuvo que superar fue el difícil entorno en el que vivió, pasando por barrios con problemas sociales en la ciudad de la 'eterna primavera' y negándose a ofrecimientos relacionados con el consumo de drogas y otros flagelos.
Así lo confirmaron las palabras del propio Cadavid, quien recordó con algo de nostalgia que "en pocas palabras mis amigos y con los que salíamos a joder a la calle eran 35, pero de esos, solamente hay 5 vivos. Esto en el sector de Santa Cruz Terminal, debido a la violencia que se vivía en ese momento. Así, soy un caso de éxito de una comuna, por graduarme de una universidad, por jugar en el profesionalismo, demostrarle a los jóvenes que aprendiendo a decir no, se pueden lograr cosas y buscar lo mejor por su familia".
Esa solamente fue la primera parte de un relato que tuvo tintes de drama, por una situación particular con esos 'parceros' de infancia y adolescencia que se perdieron. "Una muerte que me dolió fue la de un gran amigo que se empezó a juntar con otros, tiró vicio, yo le regalaba 100 o 200 pesos cuando salía para el colegio, lo reintegraban a su hogar y robaba cosas. A él, lo mataron por un pan, por querer comer. Fue un momento duro, nunca entendió que estaba en situación y lugar que no era".
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La dura experiencia persiguiendo el sueño de ser futbolista
Antes que el fútbol, a Andrés Cadavid les gustó otro deporte: la natación. Sin embargo, con su crecimiento comenzó a crecer esa afición por el fútbol. Arrancó de arquero y confesó que "era bueno, de esos visajosos, que volaba". Para una Ponyfútbol, famoso torneo infantil que ha sido cuna de grandes figuras de nuestro país, un DT prefirió sacarlo del arco y ponerlo de defensa, de donde nunca más se movió.
En esa búsqueda de oportunidades y de querer mostrarse apareció una opción de ir al Atlético Huila, donde le tocó hacer sacrificios y hacer de 'tripas corazón' para permanecer lejos de su casa en Medellín.
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"No fue fácil en Neiva. Aguanté mucha hambre, tocó caminar bastante y con ese clima. No teníamos plata, entonces tocaba comer arroz y huevos. Por eso me tocaba rebuscarme, así pitaba partido, fui árbitro, estando probando allá llevaba mercados. Es que mil o dos mil pesos hacían la diferencia", relató el paisa.
Pero eso no fue todo. Un técnico de los 'opitas', del que no mencionó el nombre, le pidió plata para ponerlo a jugar y solamente hasta que llegó al banquillo Javier Álvarez logró ganarse un lugar.
Andrés Cadavid, defensor de Millonarios. ARCHIVO.
"Con Álvarez jugué, me puso y bien. Pero después llegó 'Teacher' Berrío al Huila, él ya se murió, y al final de la temporada dijo que no más paisas. Me fui a Medellín destrozado, me fui a estudiar por un año", agregó Cadavid.
Más allá de ese dolor y tamaña decepción, para él apareció una luz en el camino posterior de un tiempo de receso, solamente jugando torneos aficionados en la capital antioqueña. "En un torneo local de vacaciones quedamos campeones y me dijo el DT Orlando Restrepo que si quería jugar en Patriotas, le dije que sí, que necesitaba plata. Me fui para Tunja un 2 de enero, me dio duro, pero aún tenía disciplina y ganas de salir adelante. Me pusieron de lateral izquierdo y fui de los mejores del ascenso. Ahí mejoraron las cosas y arranqué", relató Andrés.
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Llegó el despegue definitivo y las oportunidades en grandes equipos
Tras esa experiencia en el conjunto boyacense, a Cadavid se le abrieron las puertas de grandes equipos como América y Cali, fue a San Luis de México, tuvo su primera etapa en Envigado y para 2013 arribó a Millonarios, en donde nuevamente acudió a su alma de luchador.
"Al principio decían que no servía para jugar en Millos, me humillaron, fui resistido, me gritaban cosas. Pero yo con disciplina sabía que iba a salir adelante y así fue. Salimos campeones de Liga, de Superliga, marcó mi vida y hoy lo más lindo que me queda es el reconocimiento de la gente", agregó este paisa que no esconde su gusto por las armas, su admiración y respeto por Miguel Russo, el DT que lo potenció en el 'embajador', y que ahora disfruta del retiro, sin cumplir horarios y dedicándole tiempo a Salomé, su hija de 9 años y la única que lo hace conmover en medio de esa imagen de chico malo del fútbol colombiano que construyó por casi dos décadas.
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Acá la entrevista de Andrés Cadavid en el Anecdotario de Gol Caracol