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El fútbol quizá le interese poco a Donald Trump, pero el sorteo del Mundial de 2026, que se realizará este viernes en Washington, representa una oportunidad inmejorable para el lucimiento del mandatario estadounidense, siempre proclive a la pompa y el boato.
Trump recibirá un Premio a la Paz que la FIFA se inventó oportunamente para el sorteo en el Centro Kennedy, de manos de su amigo, el presidente de la Federación, Gianni Infantino.
Y además será el momento de cruzarse con dirigentes y personalidades de todo el mundo.
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, cuyo país organiza el Mundial junto a Estados Unidos y Canadá, anunció finalmente que acudirá a Washington.
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Será el momento para mantener una "pequeña reunión" con Trump y también con el primer ministro canadiense, Mark Carney, para discutir de comercio y otros temas bilaterales, explicó la mandataria.
Este viernes 5 de diciembre, se llevará a cabo el sorteo de la Copa del Mundo 2026, donde se espera que la Selección Colombia sea protagonista.
La transmisión de este magno evento iniciará a las 11:00 a.m. (hora colombiana) y se podrá ver en Gol Caracol, Ditu y www.golcaracol.com; la marca oficial del combinado 'tricolor'.
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A Trump el deporte que le apasiona es el golf, pero es también aficionado a otras prácticas más enérgicas, como el fútbol americano o los deportes de combate, como el boxeo o las artes marciales mixtas.
Desde el momento en que Estados Unidos entró en la competencia en 2017, durante su primer mandato, para organizar el Mundial 2026, Trump empezó a descubrir el enorme potencial diplomático y de relaciones públicas que suponía la cita deportiva.
El turismo internacional bajó apreciablemente en Estados Unidos desde el inicio de su segundo mandato, según datos oficiales, a causa del endurecimiento de los controles en las fronteras.
Según la prensa estadounidense, el yerno del presidente, Jared Kushner, estuvo muy involucrado para que esta candidatura conjunta con México y Canadá tuviera éxito.
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Kushner desempeña un papel crucial, aunque informal, en los temas diplomáticos candentes de su suegro, ya sea en Medio Oriente o en la guerra en Ucrania.
Trump no dudó en comunicar a Infantino que reincorporar a Rusia a la Copa del Mundo sería una "buena motivación" para que Moscú pusiera fin al conflicto en Ucrania.
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Trump quiere hacer de esta competición, al igual que de los Juegos Olímpicos de Los Ángeles en 2028, vitrinas de su "edad de oro de América".
Más allá de revitalizar el turismo, la acogida de estos eventos planetarios debe confirmar la validez de su política nacionalista.
Falta que los aficionados, en particular de aquellos países que no disponen de acuerdos bilaterales para turismo de corta duración (inferior a tres meses) con Estados Unidos, puedan venir sin excesivos problemas.
Trump ha anunciado la implementación de un "pase FIFA" que permitirá a cualquier poseedor de una entrada para un partido de la Copa del Mundo obtener una cita para poder facilitar su llegada.
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Sin embargo, "su entrada no es un visado", advirtió el jefe de la diplomacia estadounidense, Marco Rubio.
Durante la final del Mundial de Clubes a mediados de año, en la que el Chelsea derrotó al París Saint-Germain en el MetLife Stadium en East Rutherford, cerca de Nueva York, Trump se mostró orgulloso en la entrega del trofeo y lo mantuvo en exhibición en el Despacho Oval durante varios meses.
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Expresentador de reality shows, Trump recientemente hizo gran alarde de su encuentro con Cristiano Ronaldo.
La superestrella portuguesa, que juega para el club saudí Al Nassr, fue invitada a una cena de gala ofrecida en honor del príncipe heredero saudí Mohammed Bin Salmán.