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El infierno, según la narrativa bíblica, es un tema que ha capturado la imaginación y el temor de creyentes a lo largo de los siglos. En las escrituras está definido como un lugar de castigo eterno reservado para aquellos que han rechazado a Dios y vivido en pecado.
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En las páginas de la Biblia, el infierno es un concepto profundamente arraigado en la justicia divina. No es un lugar de tormento arbitrario, sino el resultado de una elección consciente de vivir separado de la presencia de Dios.
Las escrituras lo describen como un lugar de "fuego que nunca se apaga" y donde "el gusano no muere" (Marcos 9:43, 48), un lenguaje simbólico que transmite la gravedad del castigo y la seriedad del pecado.
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El fuego es quizás la imagen más asociada con el infierno, simbolizando la purificación y el juicio divino. Es candela que consume, pero no aniquila, representando un castigo continuo.
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"Entonces dirá también a los que estén a la izquierda: apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles", dice Mateo 25:41.
La Biblia también habla de "oscuridad exterior" (Mateo 8:12), un lugar de aislamiento y lejanía de la luz de Dios, donde hay "llanto y crujir de dientes". No obstante, más allá de las llamas y la oscuridad, el infierno es fundamentalmente un estado de separación eterna de Dios, una existencia sin la esperanza de la gracia y el amor divinos (2 Tesalonicenses 1:9).
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Además, en el libro del Apocalipsis se presenta la imagen de un lago de fuego que representa el destino final de los impíos y aquellos que rechazan a Dios.
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"Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie delante de Dios; y los libros fueron abiertos; y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida. Y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras. Y el mar entregó los muertos que había en él; y la muerte y el infierno entregaron los muertos que había en ellos; y cada uno fue juzgado según sus obras. Y la muerte y el infierno fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda. Y el que no fue hallado inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego", se puede leer en Apocalipsis 20:12-15.
Sin embargo, es importante señalar que la interpretación exacta de estos pasajes bíblicos puede variar entre diferentes corrientes teológicas. Algunos creyentes enfatizan el aspecto de justicia y castigo del infierno, mientras que otros adoptan una perspectiva más inclusiva que enfatiza el amor y la misericordia de Dios, buscando reconciliar la idea del lago de fuego con su comprensión del carácter divino.
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