El municipio de San Vicente del Caguán, en el departamento de Caquetá, fue escenario de una serie de crímenes macabros y misteriosos en mayo de 2025. En menos de una semana, tres hombres desaparecieron y fueron hallados muertos. Los tres se desempeñaban como mototaxistas.El presunto responsable de los asesinatos, que había sido capturado y enviado a prisión, recuperó la libertad por un aparente error judicial y, poco después, atacó a una cuarta víctima, desatando la consternación entre los habitantes del municipio.Séptimo Día no solo conoció los detalles del caso y el modus operandi del presunto homicida, sino que también obtuvo una entrevista con él, en la que el hombre ofreció un testimonio estremecedor sobre cómo perpetró los crímenes.La desaparición de los mototaxistasLa trágica secuencia comenzó el miércoles 7 de mayo de 2025 con la desaparición de Jaime Fierro Clavijo, de 58 años. Fierro, un hombre honrado y conocido en el pueblo, según su familia, él pagaba 20.000 mil pesos diarios por el alquiler de su motocicleta para poder trabajar.“Siempre salía tipo 5 de la mañana. Mi papá salió y no volvió a entrar”, relató su hija en Séptimo Día. Según sus familiares, la angustia aumentaba ante la repentina ausencia, pues no era normal que su padre no se comunicara varias veces al día.“Nosotros nunca en la vida pensamos que nosotros fuéramos a pasar por algo tan feo y tan duro y tan macabro como lo que le hicieron a mi papá". Ante la falta de noticias, la familia acudió a la estación de policía y la Fiscalía para denunciar la desaparición.Mientras las autoridades, incluida la Sijín y el CTI, iniciaban la búsqueda de Jaime Fierro, el investigador, subintendente Omar Ochoa, recibió una nueva alerta. El hijo de Juan Antonio Arenas Vallejo, de 72 años, se acercó a la estación de policía para informar que su padre, también mototaxista, había desaparecido. Había sido visto por última vez el viernes 9 de mayo hacia las 2 de la tarde.Dos días después, el 11 de mayor, la familia de un tercer mototaxista, John Freddy Morales, de 43 años, reportó su desaparición. “A mí me hizo muy extraño porque siempre que salía a hacer una carrera en mototaxi para el campo, él llamaba y no volvió a llamar, ni nada”, dijo Fanny Morales Narváez, esposa de John Freddy.La triple desaparición, un hecho sin precedentes en San Vicente del Caguán, generó una profunda sensación de inseguridad e intranquilidad en el municipio, especialmente entre el gremio de mototaxistas, quienes se convirtieron en los más afectados y temerosos tras lo ocurrido.Macabro hallazgoTras la desaparición de la tercera víctima, John Freddy Morales, su hijo le escribió por WhatsApp y recibió una respuesta que levantó sospechas. “Pues ahí ya nosotros dijimos que no era él y no era él”, comentó su esposa.Las autoridades rastrearon la actividad del celular y, en horas de la tarde del 12 de mayo de 2025, lograron ubicar en el centro del municipio a un hombre que lo estaba utilizando. Se trataba de Joiner Alquiber Cabrera Motta, de 24 años. Al confirmar que el teléfono había sido reportado como hurtado, el sujeto fue capturado por el delito de receptación.Mientras Joiner Alquiber estaba en la estación de policía, ocurrió un evento macabro. Ese mismo día, la policía fue alertada sobre un posible intento de suicidio en una residencia. Al ingresar a la vivienda, se encontró "un cuerpo sin vida y en esa inspección encuentran un segundo cuerpo al interior de una caneca".Joiner, quien escuchaba los detalles del hallazgo por la radio de los investigadores, "voluntariamente manifiesta querer brindar la información de la ubicación de un tercer cuerpo", mencionó el intendente. Los restos óseos de una persona fueron ubicados en las afueras de San Vicente del Caguán.Las pistas que lo incriminabanEn la vivienda donde se hallaron los dos primeros cuerpos, la policía encontró los documentos de identificación de los desaparecidos, lo que confirmaba que los cuerpos correspondían a las personas reportadas. Además, se encontró evidencia que vinculaba directamente a Joiner: "La billetera con el documento de identificación de la misma persona que estábamos judicializando por receptación". Se determinó que Joiner se estaba quedando transitoriamente en ese inmueble.El sujeto aceptó los cargos de receptación el 13 de mayo de 2025, y aunque fue acusado de un solo delito, el juez primero promiscuo municipal de San Vicente del Caguán ordenó su detención preventiva y su traslado a la cárcel El Cunduy de Florencia.Cruda confesión y modus operandiSéptimo Día habló con Joiner Alquiber Cabrera Motta, quien narró con frialdad y detalle la forma en que cometió los asesinatos, confirmando que abordaba a sus víctimas al azar en el centro del municipio.Al parecer, el modus operandi del sujeto siempre fue similar: solicitaba los servicios de mototaxi para que lo trasladaran hasta el lugar donde residía. Sobre la primera víctima, el sujeto, relató: “Yo le pido una carrera, que me llevara a la casa y ya estando adentro lo encañono con una traumática y pues prosigo a amarrarlo de pies y manos en la parte de atrás con un lazo”. Y agregó, que “esa persona fue ahorcada con las manos”.Al ser consultado por el periodista sobre por qué lo asesinó, el sujeto dijo que se trataba de un “trabajo”, y prefirió no dar más detalles sobre el caso.El segundo mototaxista, Juan Antonio Arenas, fue doblegado de manera similar. Joiner explicó: "El mismo procedimiento, lo amarré de igual manera, pero en este caso no fue ahorcado, sino que fue degollado”.El sujeto admitió que las víctimas, en medio de la tortura, le suplicaban para que no los matara, pero, según su propio relato, “los amordazaba para que no hablaran más”. También afirmó que degolló a la tercera víctima.Además, al ser consultado por el significado de sus tatuajes en las manos, Joiner Alquiber aseguró que eran 23. Aunque evitó confirmar el motivo de cada uno, las autoridades y quienes lo han interrogado aseguran que cada cruz representaría una persona asesinada.El 8 de julio de 2025, Joiner Alquiber Cabrera Motta fue acusado formalmente de los delitos de secuestro agravado, homicidio agravado y hurto calificado y agravado. Aunque rechazó estos cargos, una jueza impuso una segunda medida de aseguramiento en establecimiento de reclusión.Por error judicial estaba en libertadLa tranquilidad que regresó a San Vicente del Caguán se rompió solo un mes y una semana después de las acusaciones por homicidio. El 15 de agosto de 2025, la policía fue alertada de un nuevo hecho de violencia.Un hombre fue encontrado gravemente herido a las afueras del municipio. El comandante de bomberos, Luis Alfonso Rayos, confirmó que el paciente estaba "ensangrentado totalmente" y le encontró "tres cortadas con arma cortopunzante". La víctima, Alfredo Felantana, otro mototaxista, había desaparecido la noche anterior.Para las autoridades, el patrón era similar y el presunto responsable apuntaba de nuevo a Joiner Alquiber. La verificación oficial arrojó una gran sorpresa: el sujeto “había retomado su libertad por el delito de receptación".Seis días después de atacar a Alfredo Felantana, el 20 de agosto de 2025, Joiner Alquiber Cabrera Motta fue recapturado por la policía en Villavicencio. Actualmente, Joiner permanece en un centro de detención y enfrenta un nuevo proceso penal por tentativa de homicidio contra Alfredo Felantana, además de los cargos por secuestro, homicidio agravado y hurto calificado y agravado. Alfredo Felantana, por su parte, fue dado de alta.
Un crudo testimonio revela la posible dimensión de los crímenes de Joiner Alquiber Cabrera Motta, el hombre acusado de asesinar y degollar a tres mototaxistas en San Vicente del Caguán, Caquetá. El sujeto, que fue liberado por un "aparente error" institucional e intentó matar a otro hombre, confirmó tener 23 cruces tatuadas en su cuerpo que, al parecer, equivalente a cada persona que ha asesinado.La tranquilidad se rompió en San Vicente del Caguán, Caquetá, en mayo de 2025, cuando tres hombres que compartían un oficio, el mototaxismo, desaparecieron en un lapso de solo cuatro días. Las familias, sumidas en la incertidumbre y la desesperación, se enfrentaron a un escenario que jamás imaginaron.Las investigaciones de las autoridades y la Fiscalía apuntaron rápidamente a un presunto responsable, Joiner Alquiber Cabrera Motta, un hombre de 24 años capturado inicialmente por tener el teléfono de una de las víctimas. Sin embargo, la historia de los crímenes de Joiner, quien fue acusado de secuestro agravado, homicidio agravado y hurto calificado y agravado, se tornaría aún más macabra tras su captura, con la revelación de un patrón de tatuajes y una aparente falla institucional que permitió que un cuarto hombre fuera brutalmente atacado después de que el señalado homicida recuperara su libertad.23 cruces tatuadas en la manoDurante una entrevista concedida a Séptimo Día, Joiner Alquiber Cabrera Motta relató con frialdad cómo abordó y asesinó a los tres mototaxistas. Pero el detalle más impactante y que apunta a la posible existencia de un asesino en serie se reveló al final del diálogo.Al ser cuestionado por los tatuajes que llevaba en la mano, un detalle que había resonado en la investigación y que - señalan - se trataría de cada una de las personas que ha asesinado, la respuesta de Joiner Alquiver Cabrera fue concisa y aterradora: tengo 23 tatuajes.Al ser confrontado con la posibilidad de que "cada cruz equivale a una persona asesinada", el sujeto asintió, pero se reservó los detalles de esas otras víctimas y el periodo en que ocurrieron los crímenes. Respondió: “no, así no más, no señor".Esta información, sumada a los tres homicidios confirmados y un intento de asesinato en Caquetá, sugiere que el alcance de la violencia atribuida a Joiner podría ser mucho mayor, lo que lo pondría en el radar de los asesinos con patrones macabros y una alta cantidad de víctimas. Actualmente, permanece en un centro de detención, en curso del proceso penal en su contra.Los crímenes de los tres mototaxistasLa ola de desapariciones en San Vicente del Caguán comenzó con Jaime Fierro Clavijo, de 58 años, quien salió a trabajar el 7 de mayo de 2025 y no regresó. Dos días después, el 9 de mayo, se perdió el rastro de Juan Antonio Arenas Vallejo, de 72 años.Finalmente, el 11 de mayo, se reportó la desaparición de John Freddy Morales, de 43 años. Los investigadores establecieron que los tres hombres fueron abordados en el casco urbano mientras realizaban su labor de mototaxismo y, posteriormente, Joiner Alquiber Cabrera Motta confesó haberlos ubicado "al azar".El modus operandiEl procedimiento que, según el investigador, Joiner relató a la Fiscalía, comenzaba con la solicitud de una carrera para ser llevado hasta el inmueble donde residía de manera transitoria.A la primera víctima, Jaime Fierro Clavijo, Joiner le pidió una carrera, y ya en la casa, lo intimidó con un arma traumática y lo doblegó. En el relato, manifestó que utilizó una cuerda para asfixiarlo alrededor del cuello. El presunto asesino lo confirmó: "esa persona fue ahorcada".Con las otras dos víctimas, Juan Antonio Arenas y John Fredy Morales, aplicó "el mismo procedimiento" de abordaje e intimidación. Sin embargo, la forma de ejecución fue distinta. Joiner confesó que Juan Antonio "no fue ahorcado, sino que fue degollado". El mismo método utilizó con John Fredy Morales.Cuando se le preguntó sobre los motivos, Joiner lo calificó como "un trabajo", pero al ser presionado, se reservó la información: "no, eso sí me lo reservo". Otra de las confesiones que hizo el sujeto ante cámaras de Séptimo Día fue que, aunque las víctimas le rogaron para que no los matara, él "los amordazaba para que no hablaran más".Los cuerpos de los tres mototaxistas fueron hallados el 12 de mayo de 2025, el mismo día de la captura de Joiner por el delito de receptación del celular de John Fredy. Dos en una vivienda y el restante a las afueras de San Vicente del Caguán.La “libertad equivocada”Joiner Alquiber Cabrera Motta fue presentado en audiencias preliminares el 13 de mayo de 2025. Inicialmente, por el delito de receptación (posesión del teléfono robado), cargo que aceptó: "sí señor, acepto los cargos". El juzgado primero promiscuo municipal de San Vicente del Caguán le impuso detención preventiva en la cárcel El Cunduy de Florencia, Caquetá.Posteriormente, el 8 de julio de 2025, fue acusado formalmente por los homicidios, secuestro y hurto, ante el juzgado segundo promiscuo municipal de San Vicente del Caguán. Aunque en esta audiencia no aceptó los cargos, la jueza impuso una segunda medida de aseguramiento de detención preventiva en establecimiento carcelario. En ese momento, en el gremio de mototaxistas se respiraba algo de tranquilidad, "al tener el conocimiento de que efectivamente esta persona está privada de la libertad".No obstante, esta tranquilidad duró poco. El 15 de agosto de 2025, solo un mes y una semana después de la segunda medida de aseguramiento, el coronel César Giovanni Pinzón, comandante de la policía del Caquetá, reveló una "gran sorpresa": "nos advierten que han visto a Joiner en la calle nuevamente".¿Por qué Joiner Alquiver Cabrera Mota estaba en libertad si tenía dos órdenes de detención? El proceso de liberación comenzó cuando la Fiscalía solicitó la nulidad del delito de receptación, argumentando que, si Joiner había cometido el hurto del teléfono de la víctima, no podía ser acusado también de receptación. Un juzgado concedió la nulidad y emitió una boleta de libertad el 12 de agosto de 2025.Sin embargo, en dicho documento se aclaraba que la orden de libertad se aplicaba "únicamente respecto del presente proceso penal sin perjuicio de otras medidas restrictivas de la libertad que se encuentran vigentes en contra del señor Cabrera Mota dentro de otros procesos penales".El error recaería en el Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (INPEC), específicamente en la cárcel El Cunduy en Florencia. El juzgado que llevaba el caso de homicidio y secuestro había notificado a la cárcel el 8 de julio de 2025 sobre la segunda orden de detención, una comunicación enviada por correo electrónico. Kevin Zapata, director del penal, indicó que, al verificar los antecedentes, el proceso no había sido cargado en el sistema.Otro intento de homicidioEl 15 de agosto de 2025, un hombre fue hallado gravemente herido a las afueras de San Vicente del Caguán. La víctima fue identificada como Alfredo Felantana, otro mototaxista que había desaparecido la noche anterior.Las autoridades confirmaron que todo apuntaba a Joiner Alquiber Cabrera Motta, quien había sido visto el 14 de agosto de 2025 en el barrio Bellavista, el mismo lugar donde habían sido hallados dos de los cuerpos de las primeras víctimas.Joiner confesó que, tras salir de la cárcel, buscó a otro mototaxista. Abordó a Alfredo Felantana en el parque, le solicitó una carrera hacia Villa Norte, y en el camino "le propago algunas puñaladas y algunos golpes en la cabeza". Lo dejó abandonado junto a la vía, creyendo que estaba muerto, y robó su teléfono y motocicleta.A pesar de la gravedad de sus heridas, Alfredo Felantana fue dado de alta tras más de un mes hospitalizado. Seis días después del ataque a Felantana, el 20 de agosto de 2025, Joiner Alquiber Cabrera Motta fue recapturado en Villavicencio, donde se encontraba con la motocicleta robada a su última víctima. Actualmente, enfrenta cargos por los delitos de secuestro agravado, homicidio agravado y hurto calificado y agravado, a los que se sumará el delito por el intento de asesinato de Alfredo Felantana.Los familiares de las víctimas exigen justicia y que se revisen los procesos para evitar que "peligrosos delincuentes queden libres con carta blanca para volver a delinquir".
A sus 76 años, Virginia Vallejo, la recordada presentadora que marcó la televisión colombiana en los años setenta y ochenta, vuelve a ser noticia. Desde su exilio en Miami, donde vive hace casi dos décadas, habló sobre su presente, sus recuerdos y los deseos que aún guarda, entre ellos, el de volver a conectar con el público que la vio brillar en la pantalla.María Elvira Arango, directora de Los Informantes, visitó a Vallejo en su pequeño apartamento en el barrio Aventura, en Miami. Allí, en medio de libros, recuerdos y la serenidad que le da el paso del tiempo, Vallejo habló sin reservas sobre su vida, su carrera, sus arrepentimientos y su futuro.Su vanidad, característica de la época en que fue figura pública, sigue intacta. Ante la cámara, aclaró que, luce "decente" y afirmó: "Como te das cuenta, no me he hecho botox, no me he hecho cirugías, bueno mi nariz hace 40 años".El anhelo de volver a los medios de comunicaciónPese a los años y la distancia, Vallejo no pierde su esencia de comunicadora y ha manifestado un claro interés en volver a interactuar con el público desde otra perspectiva.Su mayor sueño actual, según relató, “sería tener una columna donde la gente me preguntara cosas y yo pudiera contestar a la gente”. Vallejo ve este posible espacio como una oportunidad para ofrecer consejos basados en su experiencia y trayectoria. Específicamente, buscaría asesorar sobre temas de belleza, ya que cree que “no muchas personas se ven a mi edad con esta cara”, y sobre moda.Además de la estética, la presentadora sugirió que podría dar “consejos sobre las relaciones y sobre la seducción”. Para Vallejo, la clave de estos consejos radica en el autoconocimiento: “Lo primero que tienes que conocer es tus defectos para aprender a ocultarlos”.Mientras tanto, dedica su tiempo a la escritura de una trilogía de ficción con tintes autobiográficos. El primer libro se titula ‘El alucinante país dorado’ y está ambientado en un país llamado Candelaria, el cual ella describió como “mi propio macondo”. “Quiero que me recuerden como una escritora”, afirmó.Una vida marcada por tener una relación con Pablo EscobarVirginia Vallejo fue una de las presentadoras más destacadas e influyentes de la televisión colombiana. Su elegancia, seguridad frente a las cámaras y participación en reconocidos programas la convirtieron en una figura admirada por el público.Pero su vida dio un giro definitivo cuando salió a la luz su relación sentimental con Pablo Escobar, el jefe del Cartel de Medellín. Desde entonces, su nombre quedó inevitablemente ligado al del narcotraficante más temido del mundo.Su relación con el capo comenzó en 1982. Vallejo viajó a la Hacienda Nápoles junto a su novio de entonces, Aníbal Turbay, con el propósito de conocer el zoológico del lugar. Según relató, durante un paseo al río fue arrastrada por un torbellino y Escobar le salvó la vida. Seis meses después de ese encuentro, iniciaron su relación.Aunque era consciente de que él estaba casado, aseguró que “acordamos que la relación iba a ser completamente secreta. Siempre nos veíamos solos”. También admitió que no le importaba el origen de su fortuna: “Yo sabía que él era el rey de la coca, pero no me importó de dónde salía su plata, sino lo que hacía con eso, y, además, sus planes de sacar dizque a esa ciudad (Medellín) de la pobreza”.La periodista describió a Pablo Escobar como un hombre de gestos desbordados, dispuesto a todo por conquistarla. Además de salvarle la vida y de anular una deuda que ella tenía, el capo intervino en su vida personal de manera determinante.Cuando Vallejo le comentó que su segundo marido, el productor David Stivel, se negaba a firmar el divorcio, Escobar actuó. “Pablo me dijo: ‘El viernes tú vas a estar divorciada y vas a estar cenando conmigo nuevamente". Para cumplir la promesa, el capo amenazó a David Stivel, quien firmó el divorcio.“¿Te parece una maricadita todo lo que te estoy contando de Pablo? Me salva la vida, anula las deudas, manda mil orquídeas, me divorcia de un desgraciado”, dijo al recordar cómo el capo la conquistó.Los arrepentimientos de Virginia Vallejo tras relación con Pablo EscobarA pesar de los horrores que Escobar desató, Vallejo insiste en que su conciencia es “muy coherente y soy muy consecuente”, asegurando que “yo jamás me arrepiento de haber amado a un hombre. Jamás. Ni de mis maridos que fueron espantosos, ni de Pablo que se volvió un monstruo”, reiteró.No obstante, aquel amor se transformó con el paso del tiempo. Aunque no se arrepiente de haberlo vivido, confesó que: “Hoy en día siento por Pablo un profundo odio”. La escritora, quien destruyó todas las fotos y recuerdos del narcotraficante, también rechazó con firmeza la etiqueta que le han impuesto durante años: “Yo nunca fui la amante de Pablo Escobar (…) Fui una de las amantes y él fue uno de mis amantes. Tuvimos una relación en los mismos términos de iguales”.La presentadora confesó que uno de sus mayores arrepentimientos era no haber aprovechado el poder y la riqueza del capo. “Pablo me decía: ‘Pídeme lo que quieras, pídeme lo que quieras’, y yo le respondía: ‘No quiero nada, Pablo, de bruta’”, recordó. Con el tiempo, aseguró que ese fue un error. “De bruta. Esa es una de las cosas que me arrepiento en la vida. Digo, no tengo nada. No, no quiero nada. Yo debía haberle pedido todo”, agregó.Hoy, sin embargo, afirmó que valora más la independencia que cualquier lujo. “No me interesan las mansiones, ni los palacios, ni las joyas. Me interesa poder pagar mi arriendo, vivir dignamente y tener mi propio espacio, mi tiempo, mi libertad”, dijo.Su vida en exilioVirginia Vallejo salió de Colombia el 18 de julio de 2006, transportada en un avión de la DEA. Llegó a Estados Unidos como testigo protegido tras haber declarado contra las mafias, los carteles y los vínculos entre la política y los narcos.Actualmente, no tiene intención de regresar a su país natal. “Nunca volveré a Colombia jamás”, enfatizó, agregando que “no extraño nada”.Los años de exilio han cobrado un precio en su salud. Tuvo un derrame cerebral que la afectó significativamente. Sufre especialmente con sus ojos, y no ve igual que antes, habiendo estado a punto de quedarse ciega.Al reflexionar sobre su legado, Vallejo insiste en la importancia de su identidad como escritora. Aunque reconoce que hay una “presión muy fuerte para presentarme dizque como la amante Pablo Escobar”.
El Estado colombiano dio un paso fundamental en el reconocimiento de uno de los errores judiciales más graves de las últimas décadas, un error que le costó a Gustavo Sastoque pasar una década en prisión acusado de un crimen que no cometió.Treinta años después, y en cumplimiento de una decisión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), el Estado, a través de la Fiscalía General de la Nación y la Agencia Nacional de Defensa Jurídica del Estado, ofreció disculpas públicas y asumió su responsabilidad por haberlo condenado injustamente por su presunta participación en el asesinato de Hernando Pizarro, hermano del excomandante del M-19, Carlos Pizarro, ocurrido en 1995, sin que él hubiese tenido ninguna intervención en los hechos.Gustavo Sastoque, un exintegrante del Cuerpo Técnico de Investigación (CTI), fue condenado inicialmente a 41 años por el homicidio agravado de Hernando Pizarro. Hoy, sigue batallando para limpiar su nombre, después de haber pasado diez años y nueve meses privado de la libertad en una cárcel.El inicio de un calvarioEl equipo de Los Informantes entrevistó a Gustavo Sastoque en marzo de 2021. En esa conversación, el hombre revivió, con sus propias palabras, el horror que padeció tras ser condenado injustamente por un crimen que no cometió.“Sigo con la frente en alto. Llevo 25 años luchando para poder demostrar mi inocencia. Me tocó recurrir a organismos internacionales porque aquí no encontré garantías”, relató entonces en diálogo con Los Informantes.Los hechos ocurrieron la noche del 25 de febrero de 1995. Hernando Pizarro Leongómez, entonces disidente de las extintas FARC y posteriormente integrante del M-19, fue asesinado en un confuso episodio. Testigos relataron que una camioneta llegó hasta la vivienda de Pizarro y que los hombres que descendieron del vehículo se identificaron como miembros de la Fiscalía.Gustavo Sastoque tenía 26 años cuando fue arrestado. Según él, “me quitaron los mejores años de mi vida”. En ese entonces trabajaba como auxiliar administrativo en el Cuerpo Técnico de Investigación (CTI), en un cargo que, según contó, nada tenía que ver con operativos ni allanamientos. “La única adaptación que recibí de la institución fue una máquina de escribir y un carné… en ningún momento realicé operativos ni allanamientos”, afirmó.Su vida comenzó a truncarse apenas un mes después del asesinato de Hernando Pizarro. Ese día, cuando Sastoque regresó de almorzar, una secretaria le entregó una notificación que cambiaría su destino para siempre. El documento, dentro de una bolsa, decía: "Gustavo Sastoque, presentarse en la Fiscalía Regional", junto con una dirección y el número de un proceso que desconocía por completo.Ingenuamente, Sastoque le comentó a su jefe que iría a averiguar de qué se trataba la citación, pensando que era solo un trámite de correspondencia. “A mí no me hicieron un operativo para detenerme, ni seguimiento, ni interceptación, ni nada”, recordó. Y añadió que: “Uno me dijo: ‘Es que yo escuché como que lo iban a ascender’. Yo dije: ‘No puede ser, yo me puse feliz’”.Sin embargo, esa ilusión duró poco. “Me metieron a un cuarto y me entregaron una orden de captura con mi nombre… ahí me dio curiosidad y me di cuenta de que ahí nació el montaje”, relató.Según él, la orden de captura estaba "sin firma" y, además, decía que su ubicación era "en Puerto Rico, Caquetá". Aunque pensó que era una equivocación que se aclararía pronto, fue puesto en los "calabozos del DAS".Una condena por un crimen que no cometióLas noticias de su captura se difundieron rápidamente. Mientras lo señalaban como asesino, su nombre y foto circularon por todas partes. Recuerda que un superior le mostró un periódico que anunciaba: "Han capturado al presunto asesino de Hernando Pizarro". Al mismo tiempo, quince uniformados allanaron su casa buscando armas, pero se llevaron dos vestidos, dos fotos y unos desprendibles de su cuenta de ahorros.La acusación contra Gustavo Sastoque se sustentó en el testimonio de tres testigos que aseguraron haberlo visto cometer el crimen. Además, un retrato hablado, que coincidía sospechosamente con una fotografía suya encontrada en su casa, fue utilizado como prueba para vincularlo al caso.“El problema es que los asesinos de Pizarro se identificaron como funcionarios de la Fiscalía, entonces yo creo que para ver la investigación tenían que buscar un chivo expiatorio de la misma Fiscalía”, aseguró.Años de encierroGustavo Sastoque era un joven tranquilo, lleno de sueños y responsable del cuidado de su madre, quien dependía de su sueldo. Tras ser señalado injustamente, comenzó una lucha desesperada por probar su inocencia. Reunió recibos de las compras que había hecho en el barrio Restrepo y buscó testigos que pudieran confirmar dónde estaba, qué hacía y con quién se encontraba aquel día. Todo con el propósito de demostrar que era imposible que, al mismo tiempo, estuviera al otro lado de la ciudad asesinando a Hernando Pizarro.Fue en ese momento cuando empezó a ver "la mala fe de la justicia colombiana, en especial de la justicia sin rostro".Su familia se endeudó para pagar abogados. Presentaron pruebas que demostraban que él estaba en otro lugar el día del asesinato, pero no fueron tenidas en cuenta. Fue condenado a 41 años y seis meses de prisión. Tras una reforma del código penal, la pena se redujo a 25 años y seis meses.El dolor de la pena y una pérdidaEl golpe más duro fue la pérdida de su madre, quien sufrió un derrame cerebral apenas se enteró de la condena por los medios de comunicación. "Me tocó llegar al entierro de mi mamá esposado como un delincuente", y esto fue algo "muy degradante". Para él, "ha sido lo más duro para mí perder a mi mamá por algo que yo no hice. La justicia mató a mi mamá".La injusticia también le costó sus sueños y su vida personal, también perdió a su novia de la época. “El daño moral, el psicológico, no tiene reparación. ¿A mi mamá quién me la va a devolver, si la justicia me la quitó? ¿Quién me va a devolver ese tiempo?”, expresó con dolor.El daño fue profundo y constante. “Uno no sabe si es mejor estar muerto o estar allá encerrado. Uno no sabe qué es peor, porque se siente frustrado y desilusionado con la justicia”, relató.Un tiempo después del asesinato de Álvaro Gómez, cuando la Fiscalía investigaba, un testigo reveló que en el caso Pizarro habían comprado testigos para que acusaran a un funcionario de la fiscalía y ese chivo expiatorio era Gustavo Sastoque.Por eso, Gustavo Sastoque denunció a la Fiscalía, presentó reclamos ante la Procuraduría y llevó su caso hasta la Corte Suprema de Justicia. Sin embargo, sus esfuerzos no prosperaron y la condena fue ratificada.Solo años después, cuando el exguerrillero de las FARC Carlos Lozada confesó ante la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) que el homicidio de Hernando Pizarro fue ejecutado por un comando de la red urbana que él comandaba en ese momento, la verdad comenzó a salir a la luz.El perdón del EstadoEl Estado colombiano reconoció públicamente su error y pidió perdón a Gustavo Sastoque. En el acto participaron representantes de la Fiscalía y la Agencia de Defensa Jurídica del Estado.Durante la ceremonia, los funcionarios reconocieron que en el proceso contra Sastoque hubo testigos con identidad reservada, irregularidades en la orden de captura y una investigación deficiente.En entrevista con Los Informantes, Sastoque aseguró que ahora su propósito es recuperar su vida, pese a las secuelas físicas y emocionales que aún lo afectan. “Estando detenido tuve tres cirugías. La salud a uno se le deteriora totalmente y de allá salí hipertenso y psicológicamente uno sale muy mal”, reveló. Aun así, no pierde la esperanza de rehacer su vida.La retractación del Estado es, para él, un paso fundamental hacia la verdad y la reparación. Sin embargo, insiste en que el mayor anhelo que le queda es que su nombre quede limpio.
La Procuraduría General de la Nación abrió investigación disciplinaria contra el concejal de Medellín, Andrés Felipe Rodríguez Puerta, conocido como 'el Gury', tras haber sido grabado en la noche del pasado 7 de octubre con un bate de béisbol, al parecer, amenazando a los manifestantes, en el marco de la jornada nacional de apoyo a Palestina que se vivió en la capital antioqueña, más específicamente, en el sector de El Poblado.Según el ente de control, el concejal habría incitado "agresivamente a la ciudadanía a la confrontación", pues en la grabación, reposteada por la senadora del Pacto Histórico Isabel Zuleta, se ve que el cabildante del Centro Democrático les grita a los presentes, mientras está acompañado de policías y algunos gestores de Seguridad. “¿Por qué con bate?”, le pregunta una mujer en medio del clip. “Porque se me da la gana y porque puedo, así como ustedes rayan paredes. Yo voy a defender a Medellín”, le responde el concejal, y añade: “A partir de este momento les declaro la guerra a todos ustedes. Pa’ que sepa”."La actuación del ente de control busca esclarecer si estas conductas constituyen faltas disciplinarias, dada la responsabilidad y el comportamiento ejemplar esperado de los servidores públicos elegidos por voto popular", aseguró la Procuraduría en un comunicado. Por otro lado, la senadora Zuleta le había pedido a la Procuraduría que abriera una investigación por el actuar de 'el Gury': "Este impresentable concejal le declaró ‘la guerra’ a la ciudadanía de Medellín que protesta por la paz”, escribió Zuleta. En su mensaje, añadió que el cabildante “no solo abusa de la función pública, sino que incita a la violencia contra los manifestantes”. Advirtió que “ese tipo de comportamientos ponen en riesgo la vida y los derechos de quienes protestan pacíficamente”.El cabildante del Centro Democrático le respondió también en X, reafirmando su postura con las manifestaciones pro palestina, y escribió: “Excelente video. Estaba buscando algún mamerto que me hubiera grabado. Gracias Dra. BRÓCOLI. Que les quede claro, si van a dañar a Medellín, los vamos a enfrentar. Fin”.Presidente Petro se pronunció sobre actuar de concejal GuryEl presidente Gustavo Petro también se refirió directamente a las acciones del concejal del Centro Democrático, y reposteó un video de Rodríguez con el bate."A estos grupos le llamaban en la Alemania Nazi y en la de Italia de Mussolini: grupos de acción directa: son Nazis, pero la justicia no los persigue", escribió el mandatario. En otra publicación de X, subió una fotografía en la que aparece el concejal aparece junto a Andrés Escobar, concejal de Cali, y María Fernanda Cabal, senadora por su mismo partido: "Les decían en Italia a los grupos de acción directa: camisas negras, en Alemania eran las camisas pardas y en la España de Franco: las camisas azules. Simbólicamente trataban de contrarrestar las ideas libertarias y democráticas de las camisas rojas de Garibaldi".Cabal no dudó en responderle y escribió: "Su trino es peligroso y estigmatizante. Al publicar una foto mía con los concejales Andrés Escobar y Andrés Gury Rodríguez con insinuaciones ideológicas, pone en riesgo nuestra seguridad". Asimismo, Rodríguez indicó: "Sicópata perfilador".Las imágenes se dieron en el marco de varios disturbios que se presentaron en Medellín tras las manifestaciones pro Palestina. El alcalde de la capital antioqueña, Federico Gutiérrez, señaló que lo sucedido el 7 de octubre no puede considerarse una protesta pacífica. “Lo que pasó en Medellín no es protesta pacífica, es intimidación y vandalismo. Los niños estaban con sus familias comiendo y jugando tranquilos, y llegaron a generar miedo, en ese momento intervinimos como autoridad”, escribió el alcalde en sus redes sociales. LAURA VALENTINA MERCADONOTICIAS CARACOL DIGITAL
Los hermanos Pablo Felipe y Santiago Prada Moriones paseaban a sus anchas por la isla de Ibiza, en España, donde solían gastar su fortuna en las más lujosas discotecas. Sin embargo, sus vidas ostentosas y llenas de lujo empezaron a llamar la atención de las autoridades que, poco a poco, empezaron a conocer que sus millones provenían de negocios ilícitos.‘Black Jack’ y ‘Marcos’, como conocían a estos hermanos en el mundo de los narcos invisibles, fungían en Colombia como unos prósperos comerciantes de fruta. Su trabajo ‘legal’ supuestamente era la exportación de esos productos a otros países. Aunque en realidad lo que enviaban eran toneladas de cocaína hacia Europa, según informó la Fiscalía y la Dijín de la Policía.En la operación intervinieron la Guardia Civil Española y la Europol, organismos que detallaron cómo era el método de blanqueo de capitales tras los negocios de narcotráfico por parte de los hermanos Prada. De hecho, en buena parte del tiempo, ‘Black Jack’ y ‘Marcos’ viajaban con destino a Madrid para pasear por sus calles y dirigirse a destinos turísticos como Ibiza, conocida por sus rumbas.Las vidas de los Prada eran suntuosas. Las autoridades hallaron mansiones y propiedades en las más exclusivas zonas de Colombia y España, además de vehículos de lujo, relojes de marca y colecciones de costosos perfumes.El poder de alias Black Jack llegó a ser tal que incluso poseía una placa correspondiente a una ONG norteamericana, gracias a esta obtuvo residencia en Emiratos Árabes a nombre de los Estados Unidos.Así hallaron los negocios ilícitos de los hermanos PradaLa investigación de las autoridades colombianas estableció que los hermanos Prada utilizaban una empresa fachada dedicada a la exportación de fruta para camuflar sus operaciones. Este método les permitía enviar contenedores cargados de cocaína al continente europeo.El envío de la droga se realizaba vía marítima desde varios puntos estratégicos, incluyendo Turbo, Santa Marta, Barranquilla y Cartagena, en Colombia, pero también tenían operaciones desde Guayaquil, en Ecuador. Los cargamentos tenían como destino final países europeos como Bélgica, Francia, Países Bajos y España.Además de traficar con drogas, los investigadores encontraron pruebas que apuntan a que los hermanos Prada habrían lavado 182.000 millones de pesos producto del narcotráfico para el Clan del Golfo.Entre sus métodos, para darle apariencia de legalidad a este gigantesco flujo de capital, la red utilizaba un complejo entramado financiero. De acuerdo con las pesquisas, el esquema consistía en la constitución de ocho empresas de papel, a través de las cuales se simulaban actividades lícitas. Las fachadas eran la construcción, el sector inmobiliario y el desarrollo de software o el sector tecnológico.El método de blanqueo también involucraba la movilización de activos a través del sistema financiero tradicional y de billeteras virtuales. Según los investigadores, una parte del dinero ilícito se quedaba con el cabecilla del narcotráfico en Europa, mientras que la otra parte era administrada por el receptor del dinero.En Colombia, la organización dinamizó su esquema de lavado con la ayuda de Brenda Yineth Pineda Bedoya, alias La Contadora, y Jimmy García Solarte, quienes fueron capturados en Medellín y Pereira, e imputados por los delitos de lavado de activos y concierto para delinquir.¿Cómo fueron las capturas de los hermanos Prada?La operación internacional culminó con la aprehensión de los hermanos Pablo Felipe y Santiago Prada Moriones, junto con Carlos Ariel Zuluaga Lema, alias Cejas. Estas personas fueron capturadas en España en atención a notificaciones rojas de Interpol solicitadas por las autoridades colombianas. Actualmente, están pendientes del trámite de extradición para ser judicializados en Colombia.Además, se ordenó la extinción de dominio sobre 49 inmuebles que pertenecían a la organización. De acuerdo con la Fiscalía, están avaluados en más de 53.000 millones de pesos y hay 17 inmuebles rurales, 8 urbanos, 15 vehículos, 5 sociedades y 4 establecimientos de comercio.Los bienes están ubicados en Bogotá, Medellín, Cartagena, Pereira y Dosquebradas. Adicionalmente, se afectaron otros bienes por un valor de 2.200 millones de pesos.NOTICIAS CARACOL
La Fiscalía General de la Nación y la Dijín, con ayuda de la Guardia Española y la Europol, desmantelaron el imperio de los hermanos Prada, integrantes del Clan del Golfo quienes, con una empresa fachada para exportar fruta, enviaban grandes cantidades de cocaína a Europa. Sus millonarios ingresos se los gastaban, entre otras cosas, en las discotecas más famosas de Ibiza. Pedro Pablo Prada, conocido como alias Black Jack, y su hermano Santiago, quien tenía el alias de Marcos, lavaban los recursos procedentes del envió de cocaína a Europa vía marítima desde Turbo (Antioquia), Santa Marta (Magdalena), Barranquilla (Atlántico), Cartagena (Bolívar) y Guayaquil (Ecuador). La droga tenía como destino Bélgica, Francia, Holanda y España. Las autoridades revelaron fotos de mansiones que poseían en las zonas más exclusivas de Colombia y España, 15 vehículos de lujo, relojes de marca y colecciones de los perfumes más costosos. Se dice que ocuparon 49 inmuebles avaluados en 53 mil millones de pesos. Asimismo, los hermanos Prada, junto con Carlos Ariel Zuluaga Lema, alias Cejas, lograron blanquear por lo menos 182 mil millones de pesos. Así funcionaba el imperio de los hermanos PradaLos investigadores determinaron que lograron establecer su negocio criminal a través de "la constitución de sociedades de papel" que daban apariencia de legalidad, afirmando que obtenían recursos producto de "presuntas actividades como inversiones en el sector inmobiliario, tecnológico y de construcción". Una de estas rentas ilícitas provenía de una empresa fachada de frutas. Además, movilizaron activos a través del sistema financiero y billeteras virtuales custodiadas por los miembros de la organización y otras seudo anónimas, de difícil identificación. Su esquema de lavado de dinero contaba con la ayuda de Brenda Yineth Pineda Bedoya, alias La Contadora, y Jimmy García Solarte. Estos dos últimos sujetos fueron capturados estos en Medellín (Antioquia) y Pereira (Risaralda), y un fiscal de la Dirección Especializada contra el Lavado de Activos los presentó ante un juez de control de garantías, habiéndoles imputado los delitos de lavado de activos y concierto para delinquir.Por su parte, alias Black Jack y alias Marcos fueron aprehendidos en España, así como también alias Cejas, "en atención a notificaciones rojas de Interpol solicitadas por las autoridades colombianas", informó la Fiscalía General de la Nación en un comunicado. Los tres capturado están pendientes del trámite de extradición para su judicialización en Colombia.Por un valor de 2.200 millones de pesos, fueron afectados con fines de comiso algunos de sus bienes que estaban bajo su nombre. De igual forma, la Dirección Especializada de Extinción del Derecho de Dominio impuso medidas cautelares de suspensión del poder dispositivo, embargo, secuestro y toma de posesión sobre 17 inmuebles rurales, 8 urbanos, 15 vehículos, 5 sociedades y 4 establecimientos de comercio, ubicadas en Pereira (Risaralda), Cartagena (Bolívar) y Bogotá.LAURA VALENTINA MERCADONOTICIAS CARACOL DIGITAL
Mientras avanza el proceso judicial contra Nicolás Petro Burgos, hijo del presidente Gustavo Petro, la Fiscalía General de la Nación le adicionó dos nuevos delitos a la imputación contra el diputado: peculado por apropiación y falso testimonio.Los otros delitos que están en el expediente de la Fiscalía contra Petro Burgos son celebración indebida de contratos y tráfico de influencias, hechos que el investigado ha negado. Incluso, en una reciente entrevista con la revista Cambio, dijo: “Siempre he reconocido que cometí errores, pero no las conductas punibles a las que me han llevado. No hay enriquecimiento ilícito por una sencilla razón: los dineros que recibí son lícitos y lo hemos demostrado”.El caso se remonta al 2023, cuando la Fiscalía acusó a Petro Burgos de recibir dinero de Samuel Santander Lopesierra, alias Hombre Marlboro, condenado por narcotráfico en Estados Unidos, y de Gabriel Hilsaca Acosta, hijo del empresario Alfonso 'Turco' Hilsaca.Parte de esos recursos, según la investigación, estaban destinados a la campaña presidencial de su padre, aunque Petro Burgos ha insistido en que, a pesar de reconocer que recibió ese dinero, el hoy presidente no tenía conocimiento de ello.Sin embargo, en la misma entrevista con Cambio, indicó que “dicen que yo recibí plata para la campaña, pero la misma Lucy Laborde, la fiscal del caso a quien hoy ensalza tanto un sector de la prensa, ya dijo que esa plata no era para la campaña”. Y reconoció que recibió “unos recursos lícitos que se fueron para algunos bienes”.A finales de septiembre, la Procuraduría llamó a juicio disciplinario a Nicolás Petro Burgos por un presunto incremento injustificado de su patrimonio durante el año 2022, cuando se desempeñaba como diputado de la asamblea departamental del Atlántico. Según el Ministerio Público, Petro Burgos no logró justificar un aumento patrimonial de más de 1.189 millones de pesos (unos 300.000 dólares) entre lo que declaró como ingresos oficiales y los gastos que realizó en ese periodo.En 2022, sus ingresos como diputado ascendieron a poco más de 219 millones de pesos (unos 50.000 dólares), pero sus gastos superaron los 1.409 millones, lo que "configura un incremento injustificado de su patrimonio económico".La Procuraduría señaló que, aunque "reportó actividades económicas relacionadas con su profesión de abogado", entre 2021 y 2023 no presentó la declaración de la renta. El expediente recoge testimonios de familiares y allegados, así como documentos financieros y notariales, que indicarían la compra de bienes con recursos cuyo origen no fue explicado como una vivienda en Puerto Colombia, municipio aledaño a Barranquilla, que hace parte de las pruebas de la investigación.Por lo pronto, el juicio penal contra Petro Burgos está ad-portas de iniciar. El propio presidente Petro señaló que, aunque afirmó que no intervendría en el proceso penal de su hijo, guardando las funciones de su actual cargo, rompe esta promesa al considerar que “ahora sí hay presiones indebidas”, y agregó: “No de mi parte, y debo denunciarlas públicamente”.NOTICIAS CARACOLCon información de EFE
Una jueza colombiana condenó este lunes 6 de octubre al exfuncionario José Miguel Narváez, quien fue subdirector del extinto Departamento Administrativo de Seguridad (DAS), a 28 años de cárcel como determinador del secuestro de la fallecida senadora Piedad Córdoba, perpetrado por paramilitares el 21 de mayo de 1999.En el fallo, la jueza Claudia Marcela Castro, del Juzgado Tercero Penal del Circuito Especializado de Medellín, declaró a Narváez responsable del delito de secuestro extorsivo agravado, por lo que además de los 28 años de prisión, lo inhabilitó por veinte años para ejercer cargos públicos.Además, el fallo declaró el caso como "delito de lesa humanidad", lo que implica que las investigaciones para hallar a los culpables no prescriben.En la investigación se estableció que Narváez, que fue subdirector del departamento de inteligencia entre 2005 y 2006, durante el Gobierno de Álvaro Uribe, visitó al exjefe paramilitar Carlos Castaño Gil y le "propuso retener y asesinar a Córdoba Ruiz con la idea de que era colaboradora del Eln (Ejército de Liberación Nacional, guerrilla)", dijo la Fiscalía.Adicionalmente, le entregó información clasificada obtenida por el DAS para sustentar la petición.Finalmente, integrantes de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) secuestraron a Córdoba cuando asistía a una cita médica en Medellín y la mantuvieron en cautiverio hasta el 4 de junio de 1999, cuando fue liberada gracias a la mediación de varios sectores políticos y humanitarios."Consideramos que este es un fallo ajustado a derecho, pues está plenamente probado en el proceso que Narváez era asesor de la alta cúpula militar y paramilitar, así como que fue el instigador y quien coordinó toda la participación de diferentes organismos para facilitar el secuestro de Piedad Córdoba", manifestó Eduardo Carreño, cofundador del Colectivo de Abogados José Alvear Restrepo (Cajar) y representante de víctimas.La senadora Córdoba, muy cercana al fallecido presidente venezolano Hugo Chávez, murió de causas naturales en enero de 2024.Piden investigar a Uribe y a su hermanoEn una derivación del caso, el Juzgado también le pidió a la Fiscalía investigar al expresidente colombiano Álvaro Uribe (2002-2010); a su hermano, el caballista Santiago Uribe, y a un militar identificado solo como 'General Ospina', como "presuntos determinadores del homicidio" de los defensores de derechos humanos Eduardo Umaña Mendoza y Jesús María Valle Jaramillo.Umaña Mendoza, profesor de Derecho Penal, fue asesinado el 18 de abril de 1998 en su casa en Bogotá, mientras que Valle fue asesinado el 27 de febrero del mismo año en Medellín.La jueza pidió la investigación porque en el proceso por el secuestro de Córdoba, un testigo mencionó una supuesta reunión celebrada en 1997 en la que supuestamente participaron los hermanos Uribe y el militar para discutir el asesinato de líderes sociales de esa época en la que el hoy expresidente era gobernador del departamento de Antioquia.Al respecto, el expresidente calificó de "miserable" el envío de copias del caso a la Fiscalía "por una declaración fantasiosa, investigada hace años, sobre una reunión inexistente". EFE
José Miguel Narváez, el exsubdirector del extinto Departamento Administrativo de Seguridad (DAS), fue condenado a 28 años de prisión por un juez penal especializado de Medellín recientemente. La decisión se dio a conocer luego de que la Fiscalía mostrara las pruebas y argumentos necesarios para que se concluyera que el sujeto fue determinador en el secuestro de la exsenadora Piedad Córdoba Ruíz, el cual se llevó a cabo el 21 de mayo de 1999. El fallo declaró a Narváez como responsable del delito de secuestro extorsivo agravado y estableció que el exsubdirector deberá cumplir la respectiva pena que se le impuso en un establecimiento carcelario, además de cancelar una multa de 3.499 salarios mínimos legales mensuales vigentes. El condenado tampoco podrá ejercer "derechos y funciones públicas por 20 años". La investigación, que fue orientada por un fiscal de la Dirección Especializada contra las Violaciones a los Derechos Humanos y que contribuyó a que este caso fuera considerado delito de lesa humanidad, dio a conocer que José Miguel Narváez visitó a Carlos Castaño Gil, exjefe paramilitar, para proponerle el secuestro y posterior asesinato de Piedad Córdoba, al señalarla falsamente de ser colaboradora del Ejército de Liberación Nacional (ELN)."En el curso de la investigación, orientada por un fiscal de la Dirección Especializada contra las Violaciones a los Derechos Humanos, se conoció que Narváez Martínez visitó al exjefe paramilitar Carlos Castaño Gil y le propuso retener y asesinar a Córdoba Ruiz con la idea de que era colaboradora del ELN. Adicionalmente, le entregó información clasificada obtenida por el DAS para sustentar la petición", explica un comunicado de la Fiscalía."El proceso en contra de José Miguel Narváez Martínez se sigue de acuerdo con los parámetros de la Ley 600 de 2000. La sentencia condenatoria emitida es de primera instancia y proceden los recursos de ley", aclara la Fiscalía.¿Cómo fue el secuestro contra la exsenadora Piedad Córdoba?La exsenadora Piedad Esneda Córdoba Ruiz fue secuestrada el 21 de mayo de 1999 mientras asistía a una cita médica en el barrio El Poblado de Medellín. Córdoba se mantuvo retenida ilegalmente hasta el 4 de junio de 1999, cuando, gracias a diferentes actores políticos y sociales, fue liberada.Según lo relató Córdoba en diferentes ocasiones, José Miguel Narváez, hoy condenado por su secuestro, habría entregado a los paramilitares una serie de interceptaciones telefónicas en las que ella conversaba con voceros del ELN para iniciar diálogos de paz. En cautiverio, la hoy fallecida exsenadora fue sometida a todo tipo de violaciones de sus derechos humanos, los cuales expuso con detalles durante declaraciones hace varios años. JULIÁN CAMILO SANDOVALNOTICIAS CARACOL DIGITALJSANDOVAL@CARACOLTV.COM.CO