El gobierno gasta 29 mil dólares en importar una gandola de 37 mil litros. Pero, una vez dentro del país, obtiene por su venta menos de un dólar.
Venezuela depende hoy de la importación para suplir un tercio del mercado nacional.
“Ya no producimos un 1.200.000, si acaso estamos produciendo entre 100 y 120 mil barriles por día, no alcanza para abastecer el mercado interno y tenemos que importarla”, dice el experto José Toro Hardy.
Esa diferencia de 100 mil barriles diarios de combustible para abastecer el mercado interno estaba siendo suplida por Estados Unidos, pero a raíz de las recientes sanciones el gobierno de Maduro buscó una solución al otro lado del mundo, en Rusia y la India.
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“Cómo se está pagando estos despachos de combustible. Pdvsa de los 800 mil barriles que está produciendo diarios toma los barriles equivalentes, se los entrega a las compañías rusas y estas, en forma de trueque, le devuelven el crudo procesado en forma de gasolina”, explica José Guerra, diputado opositor.
Pero no parece ser suficiente. La escasez de gasolina se agrava. Más de diez estados sufren las consecuencias del desabastecimiento e incluso denuncian la venta de pimpinas en dólares.
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Una situación que, según el analista José Toro Hardy, tiene en jaque al gobierno de Maduro.
Según los expertos el gobierno ha privilegiado la distribución de combustible a la capital venezolana, y aun así un tercio de las estaciones de servicio de Caracas se encuentran cerradas.
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