Dos adultos más resultaron heridos. Al parecer, el sujeto quería vengarse porque la comunidad del edificio le había pedido que desalojara.
Policía de Boise, una ciudad de 226.000 habitantes en el estado rural de Idaho, arrestó al sospechoso, identificado como Timmy Kinner, durante su huida.
El ataque fue cometido el sábado por la noche en una residencia que acoge numerosas familias de refugiados, especialmente de Siria, Irak y Etiopía.
El sospechoso, un estadounidense negro de 30 años de Los Ángeles, habría atacado a sus víctimas porque vivían cerca del departamento donde un conocido lo hospedó por unos días, explicó el jefe de policía de Boise, Bill Bones.
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"La investigación parece indicar que el asunto se debe al lugar donde ellos vivieron, y no a un asunto de si conocían al sospechoso", dijo Bones en una conferencia de prensa.
"Este ataque fue dirigido contra los más vulnerables entre nosotros, nuestros niños", añadió el oficial.
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Menores heridos (de tres, cuatro, seis, ocho y doce años) participaban en la fiesta de cumpleaños de una niña de tres años.
Cuatro de los nueve heridos están graves, sin que se sepa si son niños o son adultos.
El atacante, que fue acusado de 15 cargos en su contra, tiene un largo historial criminal y cumplió condena en Kentucky, según el jefe de policía.
El sospechoso había sido un habitante temporal de la residencia, hasta que le pidieron que se fuera el viernes.
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Kinner regresó para "vengarse", dijo el policía, y eligió los "objetivos disponibles", ya que no estaban presentes las personas del apartamento en el que había estado alojado.
Según el periódico local Idaho Statesman, los apartamentos forman parte de un programa de asistencia federal que limita los alquileres al 30% de los ingresos de los inquilinos.
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"Nunca hemos visto tantas víctimas a raíz de un solo acto en Boise en la historia del servicio", dijo Bones.