La Feria Internacional del libro de Bogotá 2024 está llena de alusiones a La Vorágine, el clásico universal de José Eustasio Rivera que cumple 100 años de ser publicado.>> La Vorágine en la FILBo: 100 años de un libro que reseñó la crueldad contra los indígenasLa novela está presente en la selva sin bruma de una maqueta, en un mapa que marca la travesía de Arturo Cova y Alicia, en una maloca iluminada, en la magia de los artistas que la recrean, en las ediciones de lujo y en las ediciones al alcance de todos.Pero La Vorágine original, la madre de todos las vorágines publicadas, la que realmente está cumpliendo 100 años, está en el stand de la Universidad Nacional de Colombia. Es la novela de 1924, antes de ser modificada por el autor en cuatro ediciones posteriores.“Son 140 ediciones publicadas hasta hoy en todo el mundo y en muchas editoriales, pero ninguna volvió a editar la versión de 1924 hasta hoy, en cabeza de la Facultad de Ciencias Humanos de la Universidad Nacional de Colombia, bajo el impulso investigador de su decano, el profesor Carlos Guillermo Páramo”, explica la curadora de la novela, Norma Donato.¿Por qué es importante la primera edición de la novela que fue aplaudida en el extranjero? La investigadora del instituto de textos y manuscritos modernos de Francia cuenta que los amigos más cercanos le dicen que es una novela demasiado poética y le sugieren corregir la primera versión. Rivera atiende a los críticos, redacta una segunda versión y de ahí otras tres versiones.La quinta y última versión, publicada en 1928, es la que todos leemos desde el colegio, desprovista de la poesía que ronda la versión original que revivió la Universidad Nacional después de 100 años.Un ejemplo es suficiente para entender el cambio del lenguaje en la obra. Una descripción que hace el protagonista Arturo Cova de Zorayda Ayram, la madona turca de la historia, cambia rotundamente entre la primera y la quinta versión.En la primera edición de 1924 dice textualmente: “Este diablo de vieja infanda toca los límites de la marchitez y la obesidad”. En la quinta edición, corregida por Rivera, la descripción da un giro dramático hacia la prosa: “Esta jamona indecorosa alcanza los límites de la marchitez y la obesidad.”Jineth Ardila, directora del Centro Editorial de la Facultad de Ciencias Humanas de la UNAL, encuentra en ese salto hacia la prosa una alteración al trasfondo de la historia. “Le quita el simbolismo de los brujesco, de la bruja, y lo convierte en jamona indecorosa. No solo quita la metáfora, sino que quita el trasfondo de la novela. La Vorágine es una obra sobre el embrujo de las selva, sobre el embrujo del caucho”.Por otra parte, la primera edición fue publicada con tres fotografías en las que Rivera pretendía imprimirle veracidad a la historia, más allá de la realidad de su denuncia: la masacre de las caucherías a principios del siglo pasado. Fue tal su afán por hacer veraz la historia que una de las imágenes corresponde a una foto suya en la que se presenta como Arturo Cova, el protagonista de la novela.>> Netflix revela primeras imágenes de Cien años de soledad, serie inspirada en el Macondo de Gabo
La obra cumbre de Gabo ya camina por fuera de las páginas del libro. Netflix reveló las primeras imágenes de la serie Cien años de soledad, que relata cinematográficamente la historia de la familia Buendía y de un pueblo que el mundo entero conoce en la imaginación: Macondo.¿Dónde queda Macondo? Netflix lo recreó para Cien años de soledadLas breves escenas divulgadas por los productores de la serie ya dan pinceladas mágicas del acontecer de la historia. Aureliano Babilonia descifra los pergaminos de Melquíades donde estaba escrita la historia de la familia hasta el último de su estirpe. Aureliano Buendía, el primer ser humano que nace en Macondo, espera la orden de su fusilamiento. Sus padres, Úrsula Iguarán y José Arcadio Buendía, habían cruzado la sierra, y a orillas de un río de piedras como huevos prehistóricos, fundaron el pueblo.Ese era el primero de los Macondos que construyó Netflix para contar la historia: el Macondo de las casas de barro y cañabrava. Después vino otro Macondo, el que recorrimos en Alvarado, Tolima, el de los años de la prosperidad.Travesía por Macondo, de la imaginación de Gabo a una serie de NetflixArquitectos, ingenieros, productores, artesanos y todo tipo de profesionales armaron y decoraron el pueblo, con almendro en la plaza, con tienda de abarrotes, con farmacia como las que tuvo el papá de Gabo, con oficina de corregidor y hasta con quinta avenida, la llamada Calle de los Turcos. Las quinientas personas que levantaron Macondo no le quedaron debiendo nada a la obra literaria. Lo recrearon, incluso, con bar del pecado, hotel de Jacob y templo de la oración.Levantaron la mansión de los Buendía en 800 metros cuadrados, a imagen y semejanza de la casa que pintó Gabo en la novela, con cocina de dos hornos donde Úrsula hacia los animalitos de caramelo, con comedor de doce puestos y con jardín de las begonias. Y en el centro, el árbol de castaño, fabricado por expertos artesanos, donde habría de terminar amarrado el patriarca de los Buendía desde los días en que perdió el juicio.Cien años de soledad espera ver la luz en Netflix antes de terminar el 2024, como el gran lanzamiento cinematográfico del año. El pueblo y el primer anticipo deslumbran. Los amantes de la novela, que son millones en el mundo, también esperan que la historia, por fuera de las páginas inmortales, también deslumbre.Netflix revela primeras imágenes de Cien años de soledad, serie inspirada en el Macondo de Gabo
De la travesía de los colonos en Cien años de soledad surgió el primero de los muchos Macondos de la novela: el de los orígenes. La urbanización y la llegada de nuevos pobladores, de lejanas latitudes y con costumbres distintas, creó los otros Macondos: el de la prosperidad, el de la Guerra de los Mil Días, el del esplendor del banano, el del apocalipsis.Hijos de Gabriel García Márquez revelan los secretos de 'En agosto nos vemos'La obra cumbre de Gabo sedujo desde siempre al lector Alex García López, director junto con Laura Mora, de la producción audiovisual de Cien años de soledad. “Creo que cualquier persona en el mundo puede identificarse con una pareja joven de 19 años que se casa y desea escapar de su pequeño pueblo, alejándose de las preocupaciones y responsabilidades de sus padres para embarcarse en su propia aventura. La idea de crear un pueblo, una utopía inocente donde todos se tratan bien, es reconocible incluso desde el punto de vista bíblico. Sin embargo, luego llegan los obstáculos y distracciones externas, como la política, la iglesia e incluso Melquiades, quien representa la fascinación y la obsesión humanas por la sabiduría”.De las páginas del libro, como dibujando la novela, productores y diseñadores pintaron y levantaron el pueblo de la ficción en un territorio de la realidad: una finca de Alvarado, Tolima, que se adaptaba perfectamente a las necesidades del rodaje. Detrás de la plaza, de las paredes de las casas, de la iglesia y de los árboles, y, por supuesto, detrás de la casa de los Buendía, está el trabajo de decenas de de artistas, artesanos, historiadores, arquitectos, decoradores y todo tipo de técnicos y profesionales en muchas áreas. Bárbara Enríquez, la diseñadora de producción, relata cómo se unieron todos esos conocimientos para crear un pueblo a la altura del Macondo de la novela. “Hicimos una investigación muy exhaustiva, de su historia y de su arquitectura", cuenta.La casa de los Buendía, un personaje vital de la novela, un cuyo centro descansa un inmenso árbol de castaño, fue calcada de la novela. “La casa es como se siente Úrsula Iguarán. Ella la renueva, la envejece, la vuelve a renovar”, asegura Enríquez.En el recorrido por sus corredores es imposible dejar de ver el castaño en el que terminó encadenado José Arcadio Buendía desde los días en que perdió el juicio.Cada espacio de la casa obedece rigurosamente a la narración de Gabo, como lo demuestra este fragmento de la novela y lo comparamos con las imágenes. “La cocina es el corazón de la casa”, dice Bárbara Enríquez. “Allí Úrsula hacía sus caramelos que llevaron fortuna a la familia. Nuestra cocina la podemos prender porque ella pasa en ese lugar mucho tiempo.”Puertas afuera, Macondo vive los revoltijos de la política a finales del siglo XIX. La polarización política de la época era visible con los colores de las casas, testimonio de un país fragmentado. “La polarización política también es evidente”, señala el director Alex García. “Como bien lo expresó el padre Nicanor: la única diferencia es que los liberales van a misa de cuatro y los conservadores van a misa de siete. Creo que estas preocupaciones y momentos sociológicos son comprendidos por cualquier persona, ya sea en Estados Unidos, Inglaterra, Argentina, Colombia o cualquier parte del mundo”, agrega.‘En agosto nos vemos’, la novela póstuma de Gabo, es magnífica: Héctor Abad FaciolinceEn la plaza de la novela y en la plaza de la serie está el almendro y desde allí se abren las calles. La más famosa de todas es “La calle de los turcos”, motor de la economía del pueblo, que los productores de la serie llamaron “La Quinta Avenida de Macondo”.Después de conocer el Macondo de Netflix surge una pregunta: ¿el Macondo de Alvarado, Tolima, desaparecerá como ocurrió con el Macondo que nace, crece y muere en las páginas de Cien años de soledad? Bárbara Enríquez no conoce la respuesta. “En el libro, Macondo y la casa de los Buendía se destruyen, pero ¿qué va a pasar con el pueblo? Es una respuesta que no puedo dar porque no la sé”.Macondo desapareció de la faz de la tierra y de la memoria de los hombres, pero quedó descrita con tal precisión por su creador que fue posible hacerlo vivo para una serie de 16 capítulos. El reto ahora es cautivar al público con la primera adaptación audiovisual del más grande de los clásicos colombianos de la literatura universal.
Los pájaros de “Cóndores no entierran todos los días” actuaron en la realidad de los años de la violencia bipartidista en Colombia como lo harían años después los paramilitares de Carlos Castaño en su proyecto criminal contra la izquierda. Es por eso que la novela de Gustavo Álvarez Gardeazábal, que ya cumplió cincuenta años, parece una fotografía reciente.¿Cuáles son las resurrecciones de León María Lozano de Cóndores no entierran todos los días?Pájaros en aquellos tiempos y paramilitares en tiempos mas recientes contaban, de la misma manera, con la bendición de poderosos en el gobierno y en el estamento militar. Esta afirmación la corrobora en su tesis Sebastián Martínez Mena, el bisnieto de León María Lozano. Silenciar voces para mantener el orden, sostiene en su trabajo de grado para optar por el título de politólogo: “Esa forma de hacer violencia, esa política del miedo, la política del Estado, causar temor para mantener el statu quo de la sociedad se mantiene actualmente intacta". La novela de Álvarez Gardeazábal cuenta una historia que parece repetirse en la era del paramilitarismo. La única diferencia es la víctima.En tiempos mas recientes, los paramilitares, con su ejércitos criminales, llegaban borrachos a los pueblos y masacraban gente con el único ideal de acabar con todo lo que les oliera a guerrilla. Actuaban con la anuencia comprobada de sectores del Estado, hasta el punto de masacrar a la UP, el partido político que nació de los acuerdos de paz con las FARC en el gobierno de Belisario Betancur.En la era de "El Cóndor" esa alianza criminal con poderosos era evidente porque compartían el mismo odio. La violencia llegó desde arriba, desde las élites, en la llamada Época de La Violencia. El catedrático Omar Franco lo afirma: "Como lo dijo Alfonso López Pumarejo fue una violencia inducida, vino desde lo alto".Hija de León María Lozano, el Cóndor, habló por primera vez de su padre en TV: "El mejor"¿Y en estas épocas del paramilitarismo también viene de arriba? se lo preguntamos a Marta Ruiz , una de las comisionadas que trabajo en la construcción del informe final de la Comisión de Esclarecimiento de la Verdad, creada en el marco del proceso de paz con las FARC en el gobierno de Juan Manuel Santos. "La historia ha sido que las élites y los gobiernos y el Estado toleran, crean y se amangualan con unos grupos armados ilegales y luego no saben qué hacer con ellos cuando se les crecen. Castaño se explica porque tuvo protección del Ejército, porque lo dejaron hacer", dice la investigadora.Son las resurrecciones del cóndor: de pájaros a sicarios, de sicarios a paramilitares, de paramilitares a rastrojos, caparros o águilas negras, o como se hagan llamar. O La Inmaculada que siembra el terror en Tuluá.A León María le vendieron la idea de que era el salvador de la moral y las costumbres. Lo instrumentalizaron para conservatizar al país, afirma en su tesis de grado Sebastián Martínez, su bisnieto. "Fue víctima y victimario", afirma. En tiempos mas recientes, criminales como Carlos Castaño y Salvatore Mancuso que se creyeron llamados a "refundar la patria", fueron también instrumentalizados por el poder para ganarle la guerra a las guerrillas a cualquier precio, a costa de la vida de miles de colombianos inocentes.Gustavo Álvarez es contundente en la conclusión: "Ese efecto de enfrentarnos y no ponernos de acuerdo ha sido motivador no solo de las novelas de Gardeazábal sino de la forma como a este país lo organizaron."Entre 1985 y 2018, según la Comisión de la Verdad, los paramilitares cometieron 205.028 homicidios. Las guerrillas no se quedaron atrás: mataron 122.813 personas. Un alto precio por no ponernos de acuerdo.
Gustavo Álvarez Gardeazábal, autor de Cóndores no entierran todos los días, le rinde tributo a la mujer que se convirtió en el símbolo de lucha contra los violentos en Tuluá en la mitad del siglo XX: Gertrudis Potes.La realidad de la ficción de "Cóndores no entierran todos los días"“Era una mujer berraca, de esas que ya no hay. Ella no solo fue una líder cívica, sino una persona que impuso su normatividad, que generó la llama del Partido Liberal, fue la heredera de Uribe Uribe, del doctor Tomás que vivía en Tuluá, y por ende del mito que fue Rafael Uribe Uribe. Gertrudis es la antagonista exacta de León María y creo que allí está la fuerza de la narración”, comentó Álvarez Gardeazábal.Gertrudis Potes representó la fuerza femenina de la política en un mundo que por aquel entonces era dominado netamente por hombres. Tanto así que llegó a ser alcaldesa de Tuluá."Como política yo diría que Gertrudis le arrebató la bandera a muchos hombres con criterio de autoridad social y símbolo del respeto que aglutinaron los tulueños hacia ella", manifestó Daniel Potes Vargas, familiar de Gertrudis Potes.Gertrudis Potes impulsó a los líderes liberales a escribir una carta para denunciar las acciones violentas del cóndor y su ejército de pájaros. Algunos calificaron la misiva como documento “singular y valeroso”, mismo que no todos firmaron, por miedo físico.Javier Moro presentó Nos quieren muertos, libro que reseña la pérdida de la democracia en Venezuela
En Tuluá, Valle del Cauca, quedó escrita la historia de un ciudadano ejemplar que se convirtió en jefe de Los Pájaros, una cuadrilla de asesinos que tenía como encargo del gobierno de su tiempo ayudar a imponer un modelo de país. León María lozano, conocido como el Cóndor, es el retrato viejo de una realidad que no cambia.La Vorágine: así fue el sufrimiento y la masacre de los indígenas en la ruta del cauchoAsí lo confirma el autor de “Cóndores no entierran todos los días” cuando cuenta que un profesor de Stanford aseguró en su tesis de grado que los pájaros de Gardeazábal y los paramilitares de Castaño son lo mismo. “Se forman por reacción”, asegura. El autor explica que primero reaccionaron contra los liberales en la época de La Violencia, cuando mostraron su poder el 9 de abril, y después contra el comunismo en los tiempos de la guerrilla.Álvarez Gardeazábal convirtió en inmortal la tragedia que vivió su pueblo, Tuluá, hace más de 70 años y cuyo punto de partida fue el magnicidio en Bogotá del líder liberal Jorge Eliécer Gaitán, perpetrado el 9 de abril de 1948. Ese día cambió el destino de León María Lozano. Así lo cuenta la novela.León María era conservador y católico por herencia y por convicción. Vivía muy cerca del lugar donde los salesianos levantaron iglesia y colegio, y se convirtió en uno de los más fieles servidores. Nunca faltó a misa de seis ni dejó de comulgar, cuenta la novela y lo dicen en el municipio quienes lo recuerdan.Por su acción del 9 de abril, el Partido Conservador lo elevó a la categoría de héroe y por esa vía le dio los argumentos y las armas para asignarle la infame tarea del exterminio liberal, que él asumió como misión encomendada por Dios porque hasta los curas decían desde el púlpito que matar liberales no era pecado.En compañía de Hugo Bolívar, integrante del Centro de Historia de Tuluá, recorrimos las calles de la novela y los caminos de la realidad por donde la muerte se asomó tantas veces durante esos años aciagos que sembraron la vida de cruces de liberales asesinados. El Puente Blanco o paredón del terror, el Happy Bar, la calle Sarmiento, el Parque Boyacá y muchos otros lugares del municipio y sus alrededores son escenarios de la ficción y de la realidad. Los lugares son marcas del poder que adquirió el Cóndor por encargo de los sectores más radicales del país.Es el origen de una época de terror para Tuluá, el microcosmos de un país en guerra que dejó 200.000 muertos entre 1946 y 1965.Álvaro Mutis, la magia entre dos aguas
En La vorágine de José Eustasio Rivera, que cumple 100 años, quedó registrado cómo se vivió la denominada fiebre del caucho, entre los años 1880 y 1912. En la tercera entrega de Sangre Blanca se reconstruyó la ruta del caucho hasta Europa y Estados Unidos, donde requerían este material para construir bicicletas y carros.Le puede interesar: Los 100 años de La vorágine: recorriendo la casa Arana, el epicentro de la masacre de las caucheríasLa Chorrera, en el Amazonas, es considerado como un sitio de bendición y maldición, pues la geografía le dio al lugar la belleza y la riqueza, pero al mismo tiempo puso sobre su magia los ojos hambrientos del peruano Julio César Arana, el más grande empresario del caucho en el Amazonas.La profesora Aurora Mendoza guarda con especial cuidado la copia de un mapa de 1906 ordenado a un cartógrafo por Julio César Arana y sus hermanos para no perder el control de todo el territorio que habían anexado a sus planes comerciales.Vea el informe completo en el video que encuentra al inicio del artículo.Lea, además: La vorágine de José Eustasio Rivera cumple 100 años: el clásico literario que denunció una masacre
Colombia celebra este 2024 los cien años de La vorágine, uno de los tres grandes clásicos colombianos de la literatura universal. José Eustasio Rivera se hizo inmortal con el relato de la tragedia que vivieron miles de indígenas en el Amazonas por cuenta de la fiebre del caucho.Recorrido por la Casa Arana, testigo mudo de la masacre de las caucherías “En el tiempo que los abuelos no tuvieron ese conocimiento de cómo defenderse, entonces fueron inocentemente acribillados, acabados, entonces somos los poquitos que existimos ahorita acá en Colombia”, le relató a Noticias Caracol Bartolomé Ápama, indígena okaina.Es uno de los cuatro hablantes de esa lengua que aún quedan vivos. “Éramos 15.000, según la información de los abuelos que hemos tenido, y ahorita somos 127”, dijo.Esta era la ruta del caucho, que ocasionó el suplicio a miles de indígenas (Tercera entrega)Su voz, como la de muchos herederos del holocausto, suena a fragmento de la novela de Rivera.La vorágine fue publicada hace 100 años, luego de que José Eustasio Rivera la tejiera en las aguas del Amazonas por donde circulaba el caucho untado de la sangre indígena. La novela se convirtió en la gran denuncia de las masacres de las caucherías y Noticias Caracol, en el especial Sangre Blanca, rinde tributo recuperando las voces de los nietos de las víctimas.
El agua dulce y el agua salada son las fuentes de las que Álvaro Mutis bebió en su literatura. “En las novelas el mar y en la poesía el río”, dice su hijo Santiago. Habla del río Coello, ese fluir de aguas que lo traía al pasado, a su verdadera raíz.'La creciente', un poema juvenil, es una de las primeras marcas de agua dulce en su escritura.Nacido en Bogotá y criado en Bruselas, Álvaro Mutis conectó sus dos mundos por el mar. En esos viajes, relata el escritor Juan Esteban Constaín- nació Maqroll, el Gaviero. “Ya de niño en sus viajes en trasatlántico, el mar para él se volvió una suerte de obsesión y un territorio en el que va a desembocar ese personaje desastrado y lúcido.”El personaje de la novela vio la luz en México, el país donde Mutis residió por más de cincuenta años. En un bello prólogo para la reedición de 'Empresas y tribulaciones de Maqroll el Gaviero', Constaín recuerda uno de los más duros episodios de la vida de escritor y de la forma como esa experiencia lo construyó literariamente. Allí, cuenta, “Mutis descubrió una versión de la vida, el sufrimiento y la compasión que no estaba en sus libros.”Álvaro Mutis pintaba así, con sus palabras, cómo veía a los hombres: “La historia no es una suma de hechos felices, es una serie de horrores.”La tierra caliente, como el agua, cruza la obra de mutis, como la cruza la desesperanza, que no es pesimismo sino aceptación de la realidad. Dice Mutis:Álvaro Mutis, un ciudadano del mundo, jamás dejó de pregonar su colombianidad. Muchas veces dijo que toda su escritura estaba destinada a perpetuar el rincón de la tierra caliente del Tolima, donde pasaba vacaciones en su infancia.La casa que albergó esos sueños en Coello–Cocora, un corregimiento de Ibagué, hoy es como 'La mansión de Araucaima', una de sus célebres novelas: una casa abandonada al viento y a la maleza que revienta sus baldosas.
Las pistas que daba la Central de inteligencia de los Estados Unidos, CIA, sobre la presencia de Hitler en Colombia en 1954 despertaron el olfato periodístico del periodista Abel Basti. El documento revelaba una fotocopia de la fotografía y la identidad del acompañante: Philip Citroën. Además, nombraba el lugar donde fue tomada la imagen: una pensión de lujo llamada Residencias Colonial, en la capital de Boyacá, donde permanecía Citroën con su familia."La Oculta", la historia del apego a la tierraEl presidente de la Academia Boyacense de Historia, Javier Ocampo López, una de las voces que iluminan el libro de Basti, y quien fue consultado por Noticias Caracol, da fe de que eso ocurrió durante el gobierno del General tunjano Gustavo Rojas Pinilla.Basti describe el documento de la CIA y el hallazgo de la foto original con estas palabras:Con ese tesoro en su poder, Basti empezó a tramitar los análisis científicos. Lo primero que encontró con un peritazgo hecho en Ámsterdan fue clave: el papel escaneado era de los años cincuenta.Enrique Prueger, licenciado en criminalística y reconocido por su papel en sonados casos penales en Argentina, sometió la foto a análisis biométrico. Su conclusión no da lugar a dudas.EP: A pesar de que la foto está maltratada por el tiempo, los detalles coinciden perfectamente con Hitler.AM: ¿Está descartado que se trate de un doble?EP: ¡Olvídese! Con los elementos orgánicos nos encontramos con Hitler. Es asombroso.En el estudio biométrico, Prueger halló un detalle especial. En la fotografía Hitler en Colombia es visible la marca del atentado que sufrió el líder alemán el 20 de julio de 1944, durante la llamada operación Valkiria.A los hallazgos científicos, se suman las voces que hablan de Hitler en Colombia, donde se reunió con políticos y camaradas, uno de ellos Julius Sieber, rector de la Universidad de Tunja. El dato lo corroboró el Presidente de la Academia de Historia de Boyacá, quien relata que el propio rector, cuando él era estudiante, se lo contó a los alumnos. Cuenta Basti en su libro "Las fotos de Hitler después de la guerra" que el Führer se movía por América Latina por cuenta de los intereses alemanes en muchos países. En el caso colombiano, tenían especial interés en industrias como la metalúrgica y la farmacéutica. Hoy, con la investigación de Abel Basti, la muerte de Hitler y su mujer Eva en una Berlín en llamas queda en entredicho y pone a patinar la versión oficial del suicidio que lleva décadas dando vueltas por el mundo.
Una de las más recientes víctimas de fleteo en Bogotá es una pareja de la tercera edad que acababa de retirar más de 25 millones de pesos en un centro comercial.>>> Le recomendamos leer: Tatuajes y perro fueron claves para captura de Ramón Escobar, cabecilla de Tren de AraguaSegún reportó CityTV, los hechos ocurrieron durante la tarde del viernes, 3 de mayo, cuando la pareja se dirigía hacia su vivienda, ubicada en el barrio Normandía, en la localidad de Engativá.Cuando llegaron a la casa, cuatro delincuentes, que se transportaban en dos motos, procedieron a intimidar a los adultos mayores y empezaron a agredir a una de las víctimas, quien llevaba el dinero.Este caso de fleteo en Bogotá quedó registrado en las cámaras de seguridad de la zona.En las imágenes se aprecia cuando los ladrones forcejean con el señor, a tal punto que el ataque escala a disparos en contra de la víctima, golpes y arrastre en el suelo.Un testigo que presenció este violento caso de fleteo en Bogotá dijo que los delincuentes “abordaron rápidamente al señor, lo golpearon y le dieron de patadas. Ahí se pudo defender y logró que no se llevaran todo el paquete que traía”.El hijo de las víctimas narró que a su papá “le alcanzaron a disparar tres veces. Aparentemente el arma era como traumática. Mi papá se encuentra bien”.Una vez los ladrones logran su cometido, salen huyendo con los cómplices.No sería el primer caso de robo en NormandíaEl hijo de las víctimas informó que “cada mes hay un caso de robo donde hay motos involucradas, por lo general son dos motos”.La pareja presentó las respectivas denuncias ante las autoridades para que así den con los responsables de este caso de fleteo en Bogotá.>>> Le puede interesar: Extorsionaba a hombres casados para no contar infidelidad a las esposas
Un conductor murió después de estrellar su automóvil contra una puerta exterior de la Casa Blanca, en Washington, el sábado por la noche, dijo el Servicio Secreto de Estados Unidos.>>> Le recomendamos leer: Policía de origen colombiano fue asesinado durante operativo en Estados Unidos"Poco antes de las 22:30 horas, un vehículo que circulaba a gran velocidad chocó con una puerta perimetral exterior del complejo de la Casa Blanca", informó el servicio en un comunicado en la plataforma de redes sociales X, añadiendo que "no había ninguna amenaza" para la propia Casa Blanca.Los agentes que llegaron al lugar "intentaron prestar ayuda al conductor que fue descubierto fallecido", señala el comunicado.El Servicio Secreto, junto con la Policía y el Cuerpo de Bomberos del Distrito de Columbia, iniciaron una investigación sobre el fatal accidente, dijo Anthony Guglielmi, portavoz del Servicio Secreto, encargado de la seguridad de la Casa Blanca.Guglielmi añadió que "no había ninguna amenaza ni implicaciones para la seguridad pública".En enero de 2024, las autoridades detuvieron a otra persona que también chocó un vehículo contra la puerta exterior del complejo.La Casa Blanca ha sido testigo de una serie de incidentes de intrusión de alto perfil en los últimos años, lo que provocó la construcción, en 2020, de una valla metálica más alta y resistente alrededor del perímetro de la icónica mansión.>>> Le puede interesar: Impactantes imágenes de inundaciones que han causado decenas de muertos en Brasil
Vea en vivo la etapa 2 el Giro de Italia 2024 en Caracol Sports:>>> Le recomendamos leer: Daniel Felipe Martínez, el líder del Bora Hansgrohe para el Giro de Italia 2024
El Baloto es un juego de azar en Colombia que se lleva a cabo dos veces por semana, miércoles y sábados, y despierta la esperanza de muchas personas que sueñan con alcanzar la riqueza de un día para otro.>>> Desempleo en Colombia fue de 11,3% durante marzo de 2024, según DANEPara participar, solo necesita seleccionar cinco números del 1 al 43 y una superbalota entre el 1 y el 16. Con una apuesta mínima de 5.700 pesos, puede optar por el gran premio del día.Resultados Baloto 4 de mayo de 2024Los números ganadores del último sorteo del Baloto y Baloto Revancha fueron los siguientes:Baloto: 38 - 30 -08 - 28 - 10 (superbalota: 10)Baloto Revancha: 36 - 35 - 29 - 34 - 24 (superbalota: 14)¿Cómo funciona el juego de Baloto Revancha?Por tan solo 2.100 pesos adicionales puede duplicar sus posibilidades de ganar. Con este sorteo, juega con los mismos números seleccionados para el Baloto principal.La adquisición de su boleto es sencilla y accesible. Puede realizar su apuesta en puntos SuRed y SuperGiros dispersos por todo el país. Ya sea que prefiera elegir manualmente sus números favoritos o dejar que el sistema central del juego lo haga por usted de manera aleatoria, el proceso es rápido y conveniente.>>> ¿Cómo hago para que Nequi me preste dinero? Estos son los créditos que maneja¿Cuál es el acumulado total del Baloto para el sábado, 4 de mayo?El acumulado del Baloto es una parte esencial de su atractivo para los jugadores. Para el sábado 4 de mayo del 2024, el acumulado está en $9.300 millones y para el caso del Baloto Revancha, en 7.200 millones. Tenga en cuenta que en dado caso no haya un ganador, este se seguirá acumulando para el próximo sorteo.Aunque que no haya acertado todos los números, existe la probabilidad de haber ganado otros premios. En ese caso, le recomendamos que se acerque a cualquier punto de venta del Baloto para reclamar su dinero. No deje pasar la oportunidad.¿Cómo reclamar el premio de Baloto?Si su boleto resulta ganador, asegúrese de que esté en buen estado y sin daños. Si su premio es inferior a 7.718.984 millones de pesos, puede dirigirse a un punto de venta autorizado del Baloto. Sin embargo, si su premio supera esa cantidad, es indispensable que se dirija a una sucursal fiduciaria autorizada o, en el caso de boletos digitales, realice el proceso de reclamación en línea.Los resultados de cada sorteo son esperados con ansias por los participantes. Las balotas revelan los números ganadores, ofreciendo la esperanza de una vida cambiada. Aquellos que no logren acertar todos los números aún tienen la oportunidad de obtener premios menores, que pueden ser reclamados en cualquier punto de venta del Baloto.
En el exclusivo sector de El Poblado en Medellín, vecinos de una urbanización están desesperados por las atrevidas fiestas que hace un extranjero de nacionalidad rusa, pues, según denuncian, incluyen mujeres semidesnudas y consumo de drogas.>>> Las madam de los gringos: peligrosas explotadoras de menores que están bajo la mira de la PolicíaDrogas, mujeres semidesnudas, música a alto volumen, gritos y fiestas hasta con exhibicionismo son algunas de las quejas recurrentes de residentes de El Poblado en Medellín.Al parecer, un extranjero de nacionalidad rusa que compró un apartamento en una urbanización residencial sería el responsable de acabar con la paz de los residentes en ese exclusivo sector de la capital antioqueña.“Con fiestas, sin importar el día ni la hora, ingresan un gran número de personas a la urbanización, algunas de ellas con comportamientos grotescos hacia los residentes sin importar si hay niños o personas enfermas”, señaló la vecina Mónica Rodríguez.>>> Canadiense realizaba fiestas en fincas de Antioquia con drogas y disparando armasPor otro lado, la residente Paola Álvarez señaló que la tranquilidad de los niños también resulta perturbada.“Nuestros hijos no pueden tener un sueño profundo, no pueden estar tranquilos. Es un mal ejemplo porque cómo es posible que mi hijo presencie mujeres casi semidesnudas”, reclamó.Según la Personería de Medellín, es necesario un debate profundo con las autoridades para regular las actividades permitidas para los turistas.“Este también se suma a ese llamado que le hace la Personería de Medellín a actualizar esa política pública de turismo para que no solamente reconozca los derechos de los turistas, sino que también tenga en cuenta los derechos de los locales que se están viendo afectados por la dinámica del turismo en la ciudad de Medellín", acotó Carlos Calle, líder del Observatorio de Turismo de la Personería.Medellín ha experimentado un incremento significativo de turistas extranjeros. Según la Alcaldía, en los últimos dos años han ingresado un millón de personas a la ciudad.