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La nueva vida de Camilo, el reciclador que patinaba en Bogotá: “Mi mamá está feliz”

El Ojo de la Noche encontró a Camilo Palacios hace dos años patinando mientras trabajaba como reciclador en Bogotá y luchaba por dejar las drogas. Ahora, en su natal Chocó, sueña con ayudar a los niños.

En febrero de 2022, el Ojo de la Noche de Noticias Caracol conoció en Bogotá a Camilo Palacios, un reciclador proveniente de Chocó que luchaba por dejar las drogas y que, en su labor nocturna, se movilizaba en unos patines que había encontrado entre la basura.

Desde que encontró esos elementos deportivos, este hombre de 39 años le había prometido “a Dios ayudar a la naturaleza y tratar de no consumir, entonces esto me distrae más”.

Su historia y deseo de recuperarse de la adicción tocaron los corazones de personas hasta en Estados Unidos, que le regalaron al reciclador unos patines nuevos.

La Secretaría de Integración Social de Bogotá también puso su grano de arena y le ofreció un hogar de paso para ayudarlo a recuperarse de la adicción a las drogas. “Me propusieron, para ayudarme más todavía, internarme y salir de esto”, dijo Camilo.

¿Qué ocurrió con este joven chocoano?


Camilo afirmó en ese entonces que “si conseguía unos patines nuevos, mañana mismo me iba a entrenar para no volver a caer en la droga”.

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Dos años después, el exreciclador regresó a su natal Chocó, junto a sus padres y nueve hermanos, donde contó que “estoy bien, tengo los patines que me dieron, espero verlos pronto, muy agradecido con todos ustedes”.

Relató que, tras volver a su departamento, “lo que hago es disfrutar con mi familia y trabajar manejando maquinaria amarilla”.

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Afirmó que su “mamá está feliz. Dice que el mejor regalo que le ha pasado en su vida ha sido ese”.

Y gracias al patinaje que aprendió en las calles de Bogotá, hoy es el más conocido de su región, señalando que “el único que patina acá soy yo y la gente se queda mirando por todos los lados, como nunca han visto patinar a alguien”.

“Entonces la meta ahora con el grupo de Bogotá Patina es montar una escuela de patinaje y muchos de ellos se han ofrecido para enseñarles, y yo también, enseñarles a patinar”, dijo Camilo.

El exreciclador, además de ser el mejor empleado en su empresa, es el más querido en su ciudad, el mejor hijo, el mejor amigo y el mejor ejemplo de superación.

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