Salió a cuidar su conjunto residencial en Usaquén, asustado por los supuestos saqueos, y una bala perdida lo impactó.
Faustino Sanabria, el plomero más querido del barrio Verbenal, quería cuidar a su familia, pero en medio del pánico colectivo se desplomó.
“Suenan las alarmas del conjunto, gritando todo el mundo: ‘¡se nos metieron, se nos metieron!”, cuenta Clara Vargas, hermana de la víctima, al referirse al caos que motivó a su familiar a salir a las calles.
Él fue a proteger a su familia, pero en un momento de pánico
todo el mundo empezó a correr y sonaron disparos.
A Sanabria lo encontraron en el piso; pensaron que había sufrido un infarto, pero en el hospital Simón Bolívar se enteraron de la verdad: “a mi tío le pegaron un tiro”, fue lo que le dijo la hija de Clara Vargas.
Hasta ahora no hay capturados, sindicados o pistas de quién disparó.
Solo se supo que un extranjero fue golpeado en la zona porque, al parecer, estaba robando.
Familiares exigen justicia.