La prevención de enfermedades es otra de las ventajas que se le atribuye a alimentarse con frutas y verduras en su estado natural.
"Estos alimentos son completos, porque conservan todos sus nutrientes, especialmente aportan vitaminas, minerales, y enzimas, estas últimas son indispensables para la asimilación de los nutrientes, y para los procesos digestivos”, dice Lucy Hoyos, nutricionista.
Agrega que, al cocinar los alimentos, estos pierden muchas de sus propiedades nutricionales.
Entre los alimentos crudos están las frutas, ricas en antioxidantes. Se aconseja consumirlas de todas las formas y colores, al igual que las hortalizas, en especial las de hoja verde.
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Así mismo, se recomiendan el aguacate, los frutos secos, las semillas, el aceite de linaza y el de oliva extra virgen.
"Es importante tener en cuenta que el consumo de cualquiera de estas grasas debe ser moderada, por ejemplo, los frutos secos como las nueces se aconseja: consumir no más de un puñado al día, por la cantidad de calorías que aporta", señala la experta.
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Otra opción de alimentos crudos son las semillas, los granos y los cereales germinados. También hacen parte de la alimentación cruda los llamados superalimentos como cacao, jalea real, polen y miel de abejas, algas, champiñones, noni y sábila.
Por otro lado, en la actualidad existen restaurantes especializados en comida cruda, como parte de un nuevo estilo de vida.