La retracción de las encías y el desgaste del esmalte son los principales orígenes. Vea otras prácticas que desencadenan este molesto y doloroso problema.
Bruxismo, consumo de cítricos, cepillado traumático, morder objetos duros o helados puede hacer que aparezca la sensibilidad.
Se recomienda tener por lo menos dos citas con el odontólogo al año.