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Abuso sexual y violaciones, el lado oscuro de las protestas en Egipto

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En un video realizado por la organización Human Rights Watch, varias de ellas dieron el testimonio de lo que tuvieron que vivir durante las protestas que precedieron al derrocamiento del presidente Mohamed Mursi.

Como lo explica BBC Mundo en un reportaje sobre el tema, para las mujeres egipcias su derecho a la protesta se convierte en un grave riesgo para su seguridad: entre el viernes 28 de junio, cuando comenzó esta última ola de protestas, y el miércoles 3 de julio, el día en que las Fuerzas Armadas intervinieron, se reportaron 180 casos de asaltos sexuales, según cifras proporcionadas por Amnistía Internacional.

Eso, sin contar los muchos que no se han reportado, dice la investigadora Diana Eltahawy.

Detrás de esto se encuentra la connivencia, en algunos sectores de la sociedad, con la idea de que es lícito asaltar a una mujer porque está sola o "se viste provocativamente", como afirman algunos hombres.

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A la problemática se suma la poca confianza en la Policía y falta de castigo a los agresores, que hace que estos crean que pueden actuar impunemente.

Aunque hay hombres que han formado grupos de apoyo para protegerlas durante las manifestaciones, no son suficientes para protegerlas y en el caos es difícil definir quién está atacando y quién defendiendo.

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"Todo el mundo me estaba agarrando, fingiendo querer sacarme de la multitud pero en efecto asaltándome", le contó hace una semanas Shorouk Al Attar a la BBC.

Ella misma cree además que los asaltos no son fortuitos y están orquestados desde ciertos sectores para sembrar terror en la sociedad. "Hay una teoría que dice que si quieres romper una sociedad tienes que empezar por las mujeres, porque si lo haces así los hombres tendrán miedo", dice Shorouk, quien fue atacada durante una manifestación en contra del entonces presidente Mursi y los Hermanos Musulmanes.

Esta teoría tiene apoyo entre algunos sectores y activistas de los derechos de la mujer, acusación que ha sido negada tajantemente por el partido islámico.

Las mujeres han tomado entonces la decisión de protestar en lugares más seguros para ellas.

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Mientras tanto, activistas y organizaciones de derechos humanos piden al Gobierno acciones contundentes y castigos ejemplares.

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