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El comienzo significativo de la Navidad en diciembre es la Noche de Velitas, celebrada el 7 de este mes. Durante este evento, es una tradición reunirse con familiares y, a veces, amigos, creando un ambiente de conexión familiar con velas, faroles y diversas luces. Este momento festivo también se relaciona con la celebración de la Inmaculada Concepción, siendo el 8 de diciembre un día festivo en concordancia con dicha conmemoración.
El inicio de esta festividad se remonta al año 1854, cuando el Papa Pío IX proclamó oficialmente que Jesús había sido concebido por obra y gracia del Espíritu Santo en el vientre de María. Esta proclamación marcó un momento crucial, ya que durante varios siglos la autenticidad de esta historia fue motivo de debate en las sociedades antiguas.
Después de la declaración del Sumo Pontífice, los fieles de la Iglesia Católica organizaron celebraciones masivas en todo el mundo, designando el 8 de diciembre como la fecha oficial para conmemorar la Inmaculada Concepción. Aunque la festividad tiene raíces religiosas profundas, ha trascendido su origen y ha sido adoptada también por numerosos ciudadanos no creyentes.
En este contexto, la celebración del 8 de diciembre se presenta como una ocasión en la que tanto creyentes como no creyentes pueden unirse para celebrar valores compartidos, marcando así un momento de reflexión y unidad que va más allá de las creencias individuales.
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¿Por qué hay que prender velitas el 7 de diciembre?
Desde una perspectiva histórica, se ha registrado que en 1854, cuando se proclamó la fecha de la Inmaculada Concepción, las personas de diversas partes del mundo se congregaron para encender antorchas y luces, celebrando la noticia y rindiendo homenaje a la Virgen María, la madre de Jesús. Esta práctica ha perdurado a lo largo del tiempo, creando la Noche de Velitas como un símbolo de iluminación divina que experimento la Virgen.
A pesar de sus raíces religiosas, con el transcurso de los años, esta tradición ha evolucionado para muchos hacia un carácter más fraterno y familiar que meramente religioso. Para muchos, representa el momento oficial de recibir la Navidad y compartir con sus seres queridos. Algunos, incluso, encienden las velas en memoria de sus familiares y seres queridos que ya no están presentes.
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Por otra parte, algunos ciudadanos mantienen la tradición de iluminar velas de colores diferentes, cada una representando un deseo específico para el próximo año. Esta práctica sigue una clasificación simbólica: las velas blancas simbolizan pureza y paz, las rojas están asociadas al amor, y las verdes expresan deseos de salud y prosperidad financiera, entre otros significados. Además de este ritual luminoso, se preparan comidas especiales y se llevan a cabo novenas y oraciones.
¿A qué hora es la adecuada para prender las velitas?
Aunque en la mayoría de los pueblos y ciudades es común decorar las calles con velas, faroles y luces a partir de las 7:00 p.m., del 7 de diciembre, en diversas regiones del país, como en las ciudades de la costa atlántica, esta tradición se inicia a las tres de la madrugada (3:00 a.m.) y continúa hasta las primeras horas del día siguiente. Asimismo, durante el feriado del 8 de diciembre, algunos ciudadanos optan por colgar banderas blancas en las fachadas de sus hogares como muestra de homenaje a la Virgen de la Inmaculada Concepción.
Es importante destacar que en esta ocasión, al igual que en años previos, las autoridades han avisado a los ciudadanos a evitar el uso de pólvora, especialmente teniendo precaución con los niños con el fin de extender el llamado al cuidado de la vida y también del bienestar de los animales y de sus mascotas, ya que la pirotecnia y los fuegos artificiales podrían causarles problemas cardíacos, incluso infartos.
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