Viajaron a mediados de enero para estudiar inglés, pero ahora deben permanecer encerrados. Cuentan que a veces no tienen qué comer.
"La situación que estamos pasando en estos momentos es angustiante, entre cuatro paredes, nosotros solos, sin nuestras familias. Muchas personas, como yo, no convivimos con nuestros homestay", dice Mariángela Latorre, una de las estudiantes afectadas que espera poder regresar pronto a Colombia.
"Es difícil incluso dormir por las noches, por la preocupación de la familia, de que uno está solo, de la angustia", agrega Juan Ramírez, otro joven aislado en Toronto, donde reside hace tres meses.
En Santa Marta, sus padres viven un calvario cada vez que se comunican con ellos a través de las redes.
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"Tratamos de no demostrárselos, de darles fuerza", sostiene Juan Ramírez.
Por eso, María Cifuentes, madre de uno de los 15 menores varados en Canadá, le pide al presidente Iván Duque que les ayude "tener a nuestros hijos en Colombia, denos esa posibilidad de que ellos estén confinados, pero que por lo menos estén con nosotros en nuestras casas".
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La embajadora de Colombia en Canadá habría conseguido ya un avión que permita la repatriación de estos menores de edad samarios y de otros colombianos.