El 78% de las trabajadoras sexuales de Bogotá aseguran que temen por su vida en manos de sus propios clientes.
“Llevan a veces cuchillos y si uno no hace lo que ellos quieren…”, relata Marcela, quien trabaja en el centro de Bogotá y confiesa que frecuentemente reciben amenazas por parte de estos.
Además, advierte que al hacer estas denuncias con la Policía les dicen “defiéndase como pueda”.
A raíz de esta problemática, ellas piden con urgencia que la prostitución sea reglamentada como un trabajo.
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