Los golpes que dieron se aproximan a los $5.000 millones. Unos creaban falsos retenes y otros eran campaneros o desviaban las investigaciones.
El robo más complejo cometido a una entidad bancaria ocurrió en Bogotá, en diciembre de 2018. Pero la banda delincuencial, que también contaba con civiles, le apuntaba a asaltar camiones y desocupar viviendas.
Según la Fiscalía, cada uno tenía un rol definido. En el caso del hurto de camiones, eran los policías activos los encargados de montar los retenes para posteriormente robar los camiones cargados de mercancía.
El fiscal del caso explicó su actuar: “utilizan a los policías uniformados para que saquen la manito, paren, hagan bajar a los señores conductores y ahí vienen las demás personas del grupo delictivo organizado, reducen a su víctima con armas de fuego, doblegan la voluntad de estas personas, lo meten a otro vehículo, los llevan a dar vueltas mientras el camión es llevado a otro lugar E inhiben el sistema de GPS para que puedan hurtar la mercancía”.
En la audiencia, presentaron como una de las pruebas contra los policías activos la siguiente interceptación de una conversación grabada después del asalto al banco. Allí se evidenciaría su complicidad, pues hablaban de la cantidad del hurto y, al parecer, la forma como desviaron a quienes debían atener el caso, la Sijín o la Dijín, a los que se refieren como “s” o “d”.
Sopechoso 1: aló, quiubo
Sospechoso 2: ya están aquí conmigo
Sopechoso 1: bueno, cuénteme
Sopechoso 2: 1.200 millones de pesos se llevaron
Sopechoso 1: bueno
Sopechoso 2: ¿quién va? a la s o la d
Sopechoso 1: ¿cómo?
Sopechoso 2: ¿quién va a llegar ahí la s o la d?
Sopechoso 1: no, la s ya
Sopechoso 2: ¿y quién quedó allá?
Sopechoso 1: la del cuadrante
Los tres jefes de la banda fueron enviados a la cárcel, mientras que los otros ocho que eran policías activos están en casa por cárcel.