“Eso es una pérdida de tiempo”, dicen muchos tras intentar, por varios métodos, de interponerla. Este es el panorama.
Aunque autoridades promueven que se denuncie y, de hecho, las cifras de personas que acuden a las autoridades han aumentado, una gran cantidad de víctimas sigue encontrando problemas en el sistema.
“Me dijeron que lo podía hacer por la web de la Policía Nacional. Desde anoche lo estoy intentando, esta mañana también intenté y no lo pude hacer. Decidí ir a la estación de Fontibón, en la cual me dicen que tampoco tienen el servicio y que debo dirigirme hasta Paloquemao", advierte un ciudadano.
Según un informe reciente de Bogotá Cómo Vamos, en 2015 las denuncias estaban en 18% y actualmente están cerca del 45%, gracias a los canales dispuestos.
En lo que va de 2019, a corte de julio, se habían recibido 69.578 denuncias por hurto en la capital.
No obstante, aún los ciudadanos siguen encontrando muchas barreras.
A este panorama se suman otros fenómenos preocupantes como la instrumentalización de menores para cometer delitos.
En Bogotá, en 2018, 5.000 menores fueron denunciados por diferentes conductas delictivas.
“Desertan o evaden los colegios, se dedican a delinquir y optan por un primer delito como es el hurto”, dice el coronel Necton Lincon Borja, comandante de la Policía de Cundinamarca.
Organizaciones criminales los instrumentalizan por dos razones: evitar control de las autoridades y porque su responsabilidad penal no es igual a la de un adulto.
El problema va más allá: según Ricardo Burgos, abogado penalista, el 56% de los menores que ingresan al sistema de responsabilidad penal terminan reincidiendo en conductas delictivas.