Foto: Yurani Rueda se recupera en una camilla mientras el médico Nicolás Botero y personal del metro se toman una foto con Hannah para el recuerdo. Cortesía
El nacimiento de Hannah Trujillo Rueda fue tan extraño que ella ni siquiera lloró.
La pequeña vio la luz a kilómetros del hogar de sus padres Yurani y Jhony Adrián, una ama de casa y un técnico industrial que viven en Apartadó (Antioquia), a unas 8 horas de camino en carro desde Medellín.
Eran las 7:55 de la mañana cuando ella decidió ver la luz de este mundo. No le dio unos minutos más a su mamá para que llegara a la Clínica Prado, hacia donde se dirigía para que la atendiera un médico, pues los dolores de parto la sorprendieron en la madrugada del sábado en un apartamento del edificio Turín, del barrio El Chagualo en el centro de la ciudad, donde se está hospedando.
Pesó 2.080 gramos y midió 50 centímetros y el encargado de recibirla fue el médico Nicolás Escobar.
En ese momento, el galeno era uno más de los pasajeros de un bus de Metroplús, cuando escuchó un llamado de urgencia por los altavoces del sistema:
"Urgente, si hay un médico en el sistema, por favor diríjase a la plataforma".
El doctor Escobar lo hizo, y en el camino lo guiaron hacia una sala de primeros auxilios. Allí encontró en una camilla a Yurani, rodeada de auxiliares policías, de una enfermera que acudió al llamado, de personal del metro de Medellín y de su suegra, Carmelina Manco.
"Cuando llegué dije, ah, acá es donde necesitan un médico. Había una señora prácticamente con el muchachito afuera. La atención del parto no fue dispensdiosa", le dijo el médico Escobar a Noticias Caracol.
"Me tocó revisar a la bebé, que ni siquiera lloró al nacer", explicó.
Updated: noviembre 14, 2016 01:59 p. m.