Manual de pánico: proteger, avisar y socorrer son la clave

Todos los conductores, por más experimentados que sean, pueden causar un accidente de tránsito. Por eso, tenga en cuenta estos consejos: 

* Respete siempre, sin importar la hora y el lugar, las normas de tránsito.

* Revise periódicamente su vehículo. No descuide los frenos, las llantas y los espejos.

* Verifique la fecha de vencimiento de su Seguro Obligatorio de Accidente de Tránsito (SOAT).

* Memorícese o tenga a la mano los números de emergencia (Bomberos, Cruz Roja, Policía). 

* Por ningún motivo conduzca bajo los efectos del alcohol o alucinógenos, ni siquiera si solo se ha tomado un trago.

Pero si llega a provocar un accidente, o es testigo de uno de ellos, recuerde esta sigla: P. A. S. Significa proteger, avisar y socorrer, y es lo que debe hacer para tratar de salvar su vida y la de las víctimas.

• Proteger: encienda las luces de emergencia del vehículo, coloque los conos o triángulos a una distancia mínima de 50 metros, evalúe las señales de peligro inminente (posible explosión o derrumbe) y, si es el caso, aléjese y alerte a quienes estén a su alrededor.

• Avisar: llame de inmediato a la línea de emergencias. En el caso de Bogotá es el 123 y en carreteras, desde cualquier teléfono móvil, numeral 767. No importa que no tenga minutos, esas llamadas son gratis. Cuando le contesten, de la forma más clara y tranquila, indique el lugar exacto del accidente, entregue puntos de referencia y describa la situación, informando cuántos heridos hay y cómo los ve.

• Socorrer: Si sabe de primeros auxilios, póngalos en práctica. Si no sabe, después de llamar, evite mover a la víctima y háblele de frente, no de lado, para que no mueva la cabeza y así no agravar las lesiones. Conserve la calma e intente tranquilizar al afectado. En caso de hemorragia, aplique presión directa sobre la herida y si la persona está atrapada y no hay riesgo de explosión o derrumbe, no trate de sacarla, espere la ayuda especializada.

Usted está obligado, por ética y por ley, a auxiliar a quien esté en peligro. Así que, respire y actúe de inmediato. No busque ser un héroe, pero tampoco sea un villano.