La revuelta se desató a las 8 p.m. en las instalaciones para servicios judiciales de Puenta Aranda. Se incendiaron colchones y otros elementos.
Un video muestra la forma en que los menores, armados de sillas y palos, se enfrentaron a la Policía.
Cuando los Bomberos intentaron acceder para apagar las llamas, fueron atacados por los amotinados, lo que obligó la intervención del Esmad.
Un joven de 17 años sufrió una dura caída y resultó herido, al parecer, cuando intentaba fugarse por los techos. Otros menores fueron encontrados en lugares cercanos.
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“Tenemos 137 adolescentes, los cuales ninguno logró fugarse de las instalaciones. Tenemos un joven lesionado y está bien”, declaró el mayor Hoover Cuéllar, jefe de servicios de la Policía de Bogotá.
Tras los desmanes, los padres de los menores afirmaron que la revuelta se produjo por las malas condiciones del lugar de reclusión, que está a cargo del Bienestar Familiar.
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“Aquí afinan a los futuros delincuentes, no tienen ninguna ayuda, la comida es pésima, mi hijo está bajo de peso, está golpeado, se le roban la ropa. Entonces, ¿dónde está la ayuda profesional?”, reprochó Natalia Riaño, madre de familia afectada por el motín.
“En la noche sienten mucho frio porque tienen las ventanas rotas y no los dejan poner vidrios. Aguantan frio toda la noche, inhumanamente, todo el día encerrados. Qué muchacho no se va a desesperar”, cuestiona Julián Umbátiva, padre de un joven allí internado.
En un operativo policial, que contó con el apoyo del helicóptero Halcón y de varias autoridades distritales, cerca de la mitad de los jóvenes fueron trasladados al centro de reclusión El Redentor.