Salgar pasa el trago amargo un año después de la tragedia

A la virgen del Carmen encomienda todos los días Natalia Rincón la memoria de su familia. Muy cerca de una imagen de la madre de Dios, vivían sus papás y hermanos y dormían sus tíos y primos, a quienes la furia de la quebrada La Liboriana sorprendió hoy hace un año.

Esta es la tragedia más grave que ha sufrido ese municipio del suroccidente antioqueño que tiene unos 8 mil habitantes.

La borrasca arrastró a 16 de sus seres queridos.

“La vida de la familia Rincón cambió hace un año, aunque emocionalmente estábamos un poquito mejoraditos, a partir de que empezó a acercarse la fecha de conmemoración de un año, estamos totalmente como si eso acabará de pasar, volviendo a revivir otra vez lo que ya habíamos vivido”, dice Natalia.

El destino, 12 meses después, puso a esta salgareña cerca del lugar donde murió su familia y a tan sólo metros de La Liboriana, a la que no le perdona la muerte de sus padres, hermanos, tíos y primos.

“Sí, le guardo rencor, porque ahí nos bañamos muchos años, ahí hacíamos paseos, hacíamos sancochos y de un momento a otro por esa quebrada, ¡perdimos todo!”, explica.

Ella es casada, vive junto a su esposo y con Juan Manuel, el heredero de las enseñanzas que ella recibió de sus papás, para la crianza de los hijos.

“Es lo que nos mantiene vivos, ¿cierto? Ese recuerdo de lo alegres que eran, de lo divertidos que eran; éramos una familia feliz, hasta ese día y eso es lo que nos impulsa a seguir, lo felices que éramos", recuerda.

Natalia, su esposo y su hijo fueron beneficiados con una de las viviendas que serán entregadas en 2017 y que están ubicadas en un lugar alejado de la zona de la tragedia. Ella espera vivir más tranquila, pero siempre con el doloroso recuerdo de los que partieron.