Tradicional repostería en Medellín también sucumbe a temporada de vacas flacas por el coronavirus

El coletazo económico causado por la pandemia afecta cada día a más empresas y negocios que debido al cierre prolongado de los establecimientos tuvieron que reinventarse y encontrar otros medios para llevar sus productos.

Sin embargo, para muchos la situación ha sido insostenible, al punto de tener que cerrar algunas de sus sedes como es el caso de la tradicional repostería El Astor en Medellín.

“Teniendo en cuenta la situación por la que atravesamos como empresa y como sociedad, debemos adaptarnos y reinventarnos para garantizar que ustedes sigan disfrutando nuestros productos y servicios de la mejor manera”, informaron en su cuenta de Instagram con la noticia de que sus sedes en los sectores de Laureles y El Poblado no abrirán de nuevo sus puertas.

“En aras de poder sostener la marca en el futuro tuvimos que tomar decisiones, que no son fáciles, pero garantizan que podamos perdurar en el tiempo. Hay que recogerse un poco para tomar fuerzas y continuar fortalecidos”, manifestó a Blu radio, Natalia Vélez, directora comercial y de mercadeo de El Astor.

Vélez señaló que la repostería se le midió a las ventas online y aunque esa estrategia dio buen resultado, de igual forma se llegó a la determinación del cierre de esas sedes porque no se iban a cumplir las metas proyectadas.

Los puntos de venta con atención al público son: sede Junín, en el centro de la ciudad, centro comercial Unicentro, Los Molinos, San Lucas y el centro comercial Viva Envigado, que se encuentran habilitados solamente para recoger productos para llevar.

A causa de la crisis económica derivada del coronavirus en la capital antioqueña, a mediados de mayo, fue tendencia en redes sociales el cierre de las discotecas Dulce Jesús Mío y Mango's, establecimientos con años de trayectoria.

Otro establecimiento de renombre en la ciudad como el Salón Málaga también se encuentra en riesgo, según ha manifestado a los medios la familia Arteaga, propietaria del tradicional bar que por años ha congregado a amantes del tango y tertulias.

Con miras a poder darle reapertura, fue presentado ante la Alcaldía de Medellín un protocolo de bioseguridad que les permita reabrir para no sucumbir ante la pandemia.

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