Se trata del beneficio concedido a Santos Mesías Cortés, condenado a 21 años de cárcel por el delito de tráfico, fabricación o porte de estupefacientes.
Para la Justicia Especial para la Paz, Cortés no cumplió con el requisito de aportar verdad para la no repetición de este delito, por lo que se convierte en el primer exmiembro de esta guerrilla en perder el beneficio.