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¿Tiene Colombia una buena gobernabilidad?

"Lo que no se define, no se puede medir, y lo que no se mide, no se puede mejorar". La frase es de un matemático inglés, William Kelvin, y sirvió de incentivo para que el chileno Daniel Kaufmann, desde el Banco Mundial, lograra una definición de “gobernabilidad”. Esta es la novena entrega de “El Proyecto es Colombia”.

La gobernabilidad es el conjunto de tradiciones e instituciones mediante las cuales un gobierno ejerce la autoridad. La gobernanza incluye el proceso para que los gobiernos sean seleccionados, monitoreados y, muy importante, que sean reemplazados. Una vez definida la gobernanza se creó un sistema de medición que tiene seis variables: la rendición de cuentas, la estabilidad política y la ausencia de violencia; la capacidad regulatoria, el respeto por el estado de derecho, y el control de la corrupción. ¿Cómo está Colombia en materia de gobernabilidad? Vea este sábado, 13 de mayo, la novena entrega de “El Proyecto es Colombia”, tercera temporada.

Gobernabilidad en Colombia y el mundo

Nunca más un ciudadano será número perdido en una estadística que nadie puede contrastar. El pienso luego existo de ese pensamiento racional se hizo real. Y fue la tecnología la que igualó el valor de la voz de un individuo con el de cualquier poderoso.

Gobernar una nación en este siglo se convirtió en el desafío más complejo para líder alguno. ¿Cómo gobernar este mundo ingobernable? “Creo que estamos en el mundo como mínimo complejo, no sé si caótico, pero sí muy complejo en donde para muchos ciudadanos y creo que no les falta razón, a unas de las certezas, a unas de las seguridades que creían que estaban suficientemente instaladas como la propia democracia, pues no lo parecen tanto, entonces, yo creo que este escenario de incertidumbre y de duda nos crea más miedo”, según Antoni Rubi, asesor de comunicación y consultor político.

El sistema democrático es el mejor que se ha inventado para conseguir la convivencia y el desarrollo en el mundo contemporáneo, sin embargo, hay desencantados. O esto es lo que afirma uno de los teóricos que hace tiempo habló del fin de la historia, Francis Fukuyama.

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¿Es un problema para la democracia que haya tantas voces al mismo tiempo opinando, pensando, sugiriendo, criticando también? Responde Fukuyama: “O que la participación en una democracia tiene que ser estructurada, tiene que operar de acuerdo con un Estado de derecho que define la estructura básica dentro de la cual participa la gente, si no termina de ser una situación caótica en la que un pequeño grupo de personas podría tomar el control de todo el proceso y no tendrás un resultado democrático, es por eso que creo que el Estado de derecho sigue siendo importante en una democracia. Quieren más igualdad, un cambio social, pero eso tiene que estar estructurado dentro de instituciones regulares”.

Aún más complejo cuando los intermediarios, naturales de esta democracia, que son los partidos políticos, dejaron de ser una referencia para los ciudadanos. “Nosotros nos dedicamos, de alguna manera, a destrozar los partidos y los partidos que antes eran el canal de comunicación entre ciudadanos y gobernantes de manera orgánica hoy la gente casi no tiene afinidad con los partidos, y por lo menos en el caso de Colombia, menos del 40% de la gente tiene afinidad con un partido”, dice César Caballero, exdirector del DANE.

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La ruptura de la confianza de los individuos en quienes pretenden gobernarlos y la pertinencia de las agendas políticas están contrastadas con las demandas de la vida cotidiana. “La gente ha venido logrando mayor esperanza de vida, menor nivel de pobreza, mayor nivel de empleo, entonces la gente tiene derecho a esperar y recibir más, las exigencias que están buscando los ciudadanos son cada día distintas. Antes lo que el ciudadano decía era ‘quiero que me construya la escuela, hoy lo que quieras que la de educación sea de calidad y los ciudadanos tenemos derecho y razón en exigir más’”, agrega Caballero.

Conscientes de lo difícil que es medir las ciencias sociales, hace casi 30 años el Banco Mundial se dio a la tarea de convertir en datos medibles los pilares de la gobernabilidad.

La gobernabilidad tiene que ver en cómo nosotros respetamos unas tradiciones para saber cómo los gobiernos llegan al poder, pero también los gobiernos son reemplazados, cómo llegan y cómo salen, cómo se hacen políticas públicas sostenibles, cómo respetamos las reglas del juego y establece seis conceptos donde dice vamos a empezar a medir estas variables. Cómo yo tengo voz, cómo participo, cómo tengo la posibilidad de participar como ciudadano en los temas públicos; si es buena la regulación o no es buena, pero también como cumplimos la regulación, cumplimos los ciudadanos, el sector privado y cómo el sector público cumple la regulación. Hay dos que tienen que ver, que yo creo que enmarcan muchísimo, que es lo que le ha pasado Colombia, que es el Estado de derecho, y el otro que es estabilidad política y ausencia de violencia. Hay otro muy importante naturalmente, que tiene que ver con el control de la corrupción, y el otro es la efectividad del gobierno: cómo esas políticas públicas son capaces de producir los resultados que se proponen”, explica María Margarita Zuleta, directora de la Escuela de Gobierno de la Universidad de los Andes.

Veamos cómo ha evolucionado en Colombia la valoración de la gobernabilidad entre el 2006 y el 2021, en una escala de cero a 100 puntos.

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La rendición de cuentas: la mejora ha sido leve desde el 2006, cuando comenzó en 40 puntos hasta el 2021, que alcanzó algo más de los 50.

La segunda valoración es el gran vacío para alcanzar estas variables en Colombia, la estabilidad política y la ausencia de violencia.

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Como no puede ser distinto, desde el 2006 hasta ahora Colombia no logra llegar ni a los primeros 20 puntos.

En el tercer punto en la ejecución de las políticas de gobierno, las políticas públicas, se ha mantenido casi en el mismo nivel desde el 2006 hasta ahora. En la calidad regulatoria, que es el cuarto nivel que se mide para la gobernabilidad, se nota un mejoramiento en el 2016, porque se logra pasar los 60 puntos.

El cumplimiento de las reglas del juego o del Estado derecho Colombia está en el promedio de la región, entre los 40 y los 50 puntos, más o menos en el mismo nivel que en el control de la corrupción, que es la sexta variable.

En podcast: ¿Tiene Colombia una buena gobernabilidad?

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