Este domingo 3 de julio la comunidad LGBTIQ+ se toma las calles como muestra de celebración y conmemorar la lucha para ser escuchados en busca de la equidad. En 1983 se llevó a cabo la primera marcha gay en Colombia y uno de sus líderes fue Manuel Antonio Velandia, quien no solo rememora cómo fue el evento, sino que exalta que hoy en día se pueda expresar libremente ese amor sin etiquetas.
“Era 1983, por primera vez podíamos pedir permiso para salir 29 homosexuales, entre los que había dos lesbianas y una chica trans que nadie conocía que llegó con unos claveles y le entregó a cada una de las personas uno”, contó este hombre de 65 años.
Su sonrisa, cabello azul y la espontaneidad son solo una pequeña muestra de la tranquilidad que le genera a Manuel que la comunidad esté siendo escuchada y que esa primera marcha haya tenido un eco.
En el 80 se discute el código penal colombiano y entonces ya no somos delincuentes, ya se supone que tenemos derechos, pero la Policía parece no darse por enterada. La Policía llegaba a los bares, en la puerta había un bombillo rojo que prendía y apagaba y la gente se portaba heterosexual. Cuando los dueños del bar no les daban dinero a los policías nos montaban en un camión, nos desnudaban, nos bañaban con agua fría, a veces no encontrábamos la ropa ni los documentos
Era tan compleja la situación para quienes querían como ellos lo llaman “salir del clóset”, que la incomprensión era paisaje. Manuel y su familia fueron amenazados de muerte y tuvo que salir corriendo a España en 2001.
Cuando yo regresé del exilio de 12 años en Europa vi a los chicos tomados de la mano y yo me emocioné porque estaban ganando ese espacio de libertad
39 años después, las generaciones vuelven a encontrarse en las calles, el oleaje arcoíris, el río de gente que describe Manuel es hoy el significado de la lucha.
Usted es único, irrepetible, trascendente, evolutivo, dinámico, histórico, prospectivo. Solo usted explica el mundo como usted, solo usted siente como usted, solo usted vive la vida como usted. Esa es una razón para entender que el otro, la otra, le otre tiene los mismos derechos a vivir ese tipo de existencia porque eso es la libertad, eso es el amor
Hoy no son 29, son cientos, seguro miles. Este río de gente ya no tiene que cubrir su rostro para gritarle al mundo que es necesario vivir en libertad y equidad.
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