El 17 de marzo de 1952 Barranquilla vio nacer a Heriberto Fiorillo,
uno de los escritores y periodistas más destacados de la región. Una vida llena de investigación y la cultura se vieron recompensadas con gratitud y reconocimiento, sin embargo, una devastadora enfermedad terminaría apagándolo.
Dicen que Heriberto Fiorillo fue el último miembro del grupo de intelectuales de Barranquilla, un conjunto de personajes de la cultura que se convirtieron en leyendas del Caribe.
Antes de convertirse en un hito del Atlantico, el escritor decidió irse para Bogotá a estudiar comunicación social en la Pontifica Universidad Javeriana. Posteriormente se especializaría en periodismo, un camino que lo llevó a ser parte de El Espectador, El Heraldo y Cromos.
"Antes y después de Heriberto, el periodismo de Colombia cambió, la parte de la crónica, yo pienso que él le dio un vuelco totalmente diferente", opinó la asesora cultural Katya Gonzalez Rypoll. Trabajó en cine, televisión, periódicos e incluso libros, llegando a generar un gran impacto en personajes como Robinson Díaz, Daniel Coronell, Ángela Patricia Janiot y Diana Santana.
La vida de Heriberto Fiorillo tomó un giro inesperado cuando recibió amenazas de grupos al margen de la ley, lo que lo llevó a tomar la decisión de abandonar el país y establecerse en Nueva York.
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"A él lo golpeó saber cosas. Cuando se sabe, en ese periodismo tan fuerte que vivieron tantos en el país, tanta gente silenciada, tanta gente asesinada", reveló Claudia Muñoz, esposa de Heriberto Fiorillo. Según ella, el periodista recibió llamadas telefónicas alarmantes que ponían en riesgo su seguridad.
Tras varios años en el exterior trabajando para las Naciones Unidas y varios medios de comunicación colombianos, regresó al país y emprendió varios proyectos, entre ellos, la recuperación de La Cueva, el centro de reunión por excelencia de los pensadores de su natal Barranquilla. A pesar de los desafíos, su esfuerzo rindió frutos, puesto que en 2002 el Ministerio de Cultura de Colombia reconoció a La Cueva como un bien público nacional.
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El 29 de mayo de 2023 terminó su larga lucha contra la enfermedad de Parkinson, un padecimiento que hizo que durante sus últimos años su calidad de vida se viera deteriorada y tuviera que dejar de lado su mayor pasión: la escritura.
"Eso le dolió mucho, el no poder escribir más, el no poder tener esa capacidad de concentración, eso para él fue mortal", destacó su esposa.