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Ángela Barrera aún recuerda con dolor el sonido del teléfono aquel 29 de diciembre de 2024. Al otro lado de la línea, una persona le informaba a su cuñada que su hijo, el pastor Marlon Yamith Lora , su nuera Yurlay Rincón y sus nietos Ángela Natalia y Santiago habían muerto en un acto terrible. Su familiar, por no querer preocuparla, le dijo que toda la familia había tenido un accidente, para no decirle la verdad que era mucho más cruel.
"Yo la veía como incómoda, me dijo que habían tenido un accidente los cuatro, no me dijo que estaban muertos porque yo estaba acá", relata Barrera a Los Informantes desde su casa en el barrio Nuevo Amanecer de Aguachica, Cesar. Al principio, su instinto fue pedir una oración para que su familia se recuperara, sin imaginar que todos ellos ya habían muerto.
La brutal noticia le llegó de la peor manera. Minutos después, al abrir su cuenta de Facebook, encontró el video sin censura que en cuestión de minutos se había viralizado: los cuerpos de su hijo y su familia, tirados en el suelo, rodeados de sangre en un restaurante local de Aguachica. "Yo en la sala me arrodillé y alcé la mano, le pedí a Dios que los guardara, pero ellos ya estaban muertos", dice con la voz quebrada.
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Ese 29 de diciembre era domingo y, como acostumbraban, la familia Lora se encontraba almorzando en un restaurante. De un momento a otro, sin dar mucho tiempo para reaccionar, un sicario entró al establecimiento buscando a una mujer llamada Zaida Andrea Sánchez Polanco, conocida con el alias 'La Diabla' , pero por una terrible confusión terminó dándole disparos fulminantes al pastor, su esposa y sus hijos, dejando ahí los cuerpos sin vida y huyendo de inmediato.
Aguachica, Cesar, se hundió en un profundo dolor ante la pérdida del querido y reconocido pastor cristiano y toda su familia. Para Ángela Barrera todavía es difícil recordar los sucesos, además porque ese día se suponía que ella también debía estar en el restaurante almorzando con su hijo y sus nietos. "Ese domingo me dio un dolor y no pude montarme en la moto. Fui a la habitación a cambiarme y algo me detuvo y dije: 'no, no voy'". Advertencia, presagio, presentimiento, son muchas las palabras que pueden calificar ese sentimiento que evitó que la madre del pastor también fuera víctima del sicario en el restaurante.
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El contexto de la masacre fue revelado días después. Según las autoridades, que iniciaron una gran investigación revisando 86 cámaras de seguridad y viendo 71 horas de grabación, se pudo concluir que el ataque fue un error. Todavía es difícil de creer que un acto como este, que acabó con la vida de toda una familia, sea producto de una confusión, pero hay cosas que se escapan de nuestro entendimiento. Los investigadores descubrieron que los sicarios, que se movilizaban en una moto, habían sido contratados para asesinar a 'La Diabla' en venganza por la muerte de Alexander González Pérez, alias 'El Calvo' , un narcotraficante local que había sido su pareja.
Pero 'La Diabla' había escapado y los asesinos, confundidos con la ropa de la otra mujer, dispararon contra la familia del pastor. Las cámaras de seguridad muestran el momento en el que la mujer, vestida con camisa blanca y pantalón negro, entra al restaurante y se sienta en una mesa cercana a la familia Lora. Al ver a los sicarios que la estaban siguiendo, se levantó y salió corriendo. La confusión se dio porque, Ángela Natalia, la hija del pastor, vestía camisa blanca y pantalón negro; eso les costó la vida.
Ángela Barrera siempre supo que su hijo no tenía vínculos con el mundo del crimen. Las especulaciones iniciales sobre extorsiones, conflictos religiosos o vínculos con narcotraficantes fueron desmentidas por las investigaciones de la policía y la fiscalía. "Él vivía tranquilo, no tenía temor de nada, él se sentaba en cualquier sitio público de espaldas a la calle, no temía nada porque no debía nada", asegura Ángela Becerra. Pero ese día, el error fue fatal.
Zaida Andrea Sánchez Polanco, alias 'La Diabla', escapó a Medellín, pero ni siquiera el terrible error que cometieron los sicarios acabó con la 'vendetta' que las personas cercanas a 'El Calvo' tenían contra la mujer. El 22 de enero de 2025, en el barrio Laureles, de Medellín, fue acribillada y su cuerpo sin vida quedó frente al hotel en el que se estaba quedando con su hijo de 9 años.
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Por otro lado, cuatro personas han sido capturadas por el crimen contra la familia Lora, pero la investigación sigue abierta. El abogado de la familia Lora no descarta denunciar al Estado colombiano ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos por el crimen, argumentando que este no supo proteger sus vidas, un derecho consagrado en la ley.
Marlon Lora era un pastor conocido y respetado en Aguachica . Junto al pastor Clavijo predicaba todos los domingos en diferentes municipios del Cesar. Su vida había comenzado de manera humilde, trabajando como pintor para mantener a su familia, hasta que su fe lo llevó a convertirse en un líder religioso. "Cuando llegó a la iglesia él trabajaba como pintor, así lo conocí yo, ese era el trabajo con el que subsistía para sostener a su familia", recuerda su colega, el pastor Luis Emel Clavijo Gutiérrez.
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La iglesia donde Marlon predicaba, ubicada en el barrio Villa Paraguay y aún recuerda su mensaje. "Él nunca tuvo camionetas de alta gama, ni casas lujosas, ni dinero en los bancos. La casa que dejó y la moto que él utilizaba para ir a los pueblos a llevar la palabra. Ellos eran felices, no les importaba sino servirle a Dios", asegura la madre del pastor.
Ahora quienes lo querían y escuchaban sus predicas lo visitan en el cementerio de Aguachica, el que se convirtió en el último hogar de la familia Lora. Curiosamente, a un metro de ellos, está enterrado 'El Calvo', el hombre cuya muerte desató la venganza que terminó en la masacre. Pero la tragedia de la familia Lora no es un hecho aislado. Aunque los protagonistas de esta historia, El Calvo, La Diabla y las víctimas de la confusión, la familia Lora, murieron, en muchos territorios del país el narcotráfico sigue cobrando vidas de inocentes.