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Son pocas las personas que tienen la fortuna de presenciar milagros y son muchas menos las que lo son, pero el programa Séptimo Día tuvo la fortuna de ver uno y ahora contar su historia, una que es posible gracias a la donación de órganos . Esta historia tiene dos protagonistas, Leidy Tatiana Guillén y una familia anónima que decidió salvar una vida, luego de perder otra.
Todo empezó hace más de dos años, cuando Leidy Tatiana, una joven de Granada, Meta, comenzó a tener problemas de salud. Ella no fumaba, no tomaba, se alimentaba bien, trabajaba en un banco y vivía una vida normal y sin complicaciones, pero de repente una enfermedad rara la atacó y cambió por completo su forma de vivir. “Yo me enfermé a los 27 años, de la nada, estaba en mi trabajo y me dio una crisis de ahogo, desde ese día estoy así”.
Con el paso del tiempo la enfermedad avanzó rápidamente en el cuerpo de Leidy, dejándola muy débil y casi sin la posibilidad de respirar por sí misma. Desde el pasado 25 de febrero su vida transcurría en la UCI de la Fundación Cardio Infantil de Bogotá, allí la conoció el periodista de Séptimo Día, Diego Guauque , un mes después para conocer su caso y contar su historia. Ninguno de los dos esperaba que, 24 horas después de conocerse, un milagro tocara a la habitación de Guillén.
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A sus 28 años Leidy Guillén fue diagnosticada con hemosiderosis pulmonar idiopática, una extraña enfermedad que genera hemorragias en los pulmones, afectándolos gravemente. “Me colapsó de un momento a otro los pulmones, ya no hay para dónde más. Mis bronquios están muy obstruidos”, expresó la mujer que llevaba dos largos años en una lista de espera para un trasplante pulmonar, su única opción para recuperar su calidad de vida.
Fabio Barón, médico de Leidy, explicó que la situación de la mujer que ahora tiene 30 años no era nada fácil pues ya no hay tratamiento o medicamento que pueda aliviar su dolor. “La enfermedad va a seguir evolucionando. Solo tiene dos alternativas: conseguir un trasplante o que la enfermedad la lleve a estar tan limitada que dependa de un ventilador”.
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Guillén, al igual que muchos otros pacientes en las listas de espera para trasplante de órganos , llevaba a cabo una carrera contra el tiempo en la que todo parecía indicar que iba perdiendo. Se enfrentó a la poca disponibilidad de órganos donados en Colombia y a las complicaciones que eran específicas de su caso.
En primera medida, el trasplante pulmonar es el más complicado para los médicos porque este órgano solo puede tardar seis horas fuera de un cuerpo para ser implantado en otro. A eso hay que sumarle que, en el caso de Leidy, necesitaba que el donante cumpliera con algunos requisitos específicos. “Tiene que ser un donante cadavérico o de muerte encefálica”, su caja toráxica, así como su peso y estatura tienen que ser similares a los de ella y así mismo tener una edad cercana.
A pesar de todos estos factores que complicaban su situación y que la tenían viviendo en hospitales, sin posibilidad de salir, bañarse o peinarse por sí misma, Leidy Tatiana Guillén no perdía la esperanza. “Respirar duele, respirar arde, respirar quema. Sentir siempre ese dolor y aun así tener que hacerlo es fuerte, pero lo hago y me aferro a la esperanza. Yo quiero que haya un donante, que llegue mi milagro”, le dijo a Diego Guauque el pasado 25 de marzo desde su habitación en la UCI.
Al día siguiente, 26 de marzo, Diego Guaque regresó a la UCI de la Fundación Cardio Infantil de Bogotá para seguir conociendo su historia, pero cuando llegó a su habitación la encontró vacía. Leidy llevaba un mes en este lugar y dos años enfrentando esta complicada enfermedad que cada día agravaba su situación, no encontrarla en su cama podía significar muchas cosas. Por fortuna, en este caso, lo que ocurrió es que al día siguiente de empezar a narrar su historia para Séptimo Día, haciendo un llamado para encontrar un donante, el milagro de hizo presente.
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En la madrugada del 26 de marzo el médico contactó a los padres de Leidy Tatiana porque se habían donado unos pulmones que, en principio, podían servir para su hija. No debían hacerse ilusiones, primero se debían realizar unos estudios para determinar si el órgano era compatible con la paciente. Después de algunas horas, la noticia fue positiva y se inició todo el proceso para que Leidy recibiera sus nuevos pulmones.
"Ella me dijo: ‘estoy feliz madre, yo voy a honrar a la familia que donó estos pulmones’. Gracias a ellos mi hija vuelve a nacer, vuelve a la vida porque la persona que donó es un ángel, es un ángel que le da vida las personas", expresó la mamá de Leidy, que esperó por largas 11 horas, el 27 de marzo, por recibir noticias del trasplante pulmonar. Aunque la mujer perdió mucha sangre en medio del procedimiento, salió bien del quirófano para iniciar su proceso de recuperación.
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Leidy Tatiana pasó varios días en UCI para su proceso de recuperación, el pasado 23 de abril cumplió tres semanas en máxima atención. Aunque la cirugía fue exitosa, su recuperación se ha prolongado más de lo esperado por complicaciones inesperadas. Luego de un mes se reencontró con Diego Guaque , ahora respirando con sus nuevos pulmones.
"Es un sueño, es un milagro, nunca esperé que después del encuentro que tuve contigo iba a pasar y llegó cuando más lo necesité porque estaba ya en mi etapa terminal. Es tan lindo volver a respirar sin máquinas, sin ahogarme, sin sentir esa sensación de ahogo, abro los ojos, miro la venta y veo el cielo y gloria a Dios, gloria a esa donante, todos los días de mi vida los voy a honrar", señaló.
Aunque por cuestiones legales Leidy no puede saber quién fue su donante, el cirujano de trasplante pulmonar Luis Jaime Téllez reveló que "fue una mujer de un rango de edad de menos de 30 años que tuvo un accidente cerebrovascular", de estatura y peso similar al de ella.
Ahora la protagonista de esta historia sigue trabajando en su recuperación, pero su milagro también podría ser la historia de muchos otros pacientes que continúan en las listas de espera de trasplante órganos. En Colombia, la Red nacional de donación y trasplante de órganos y tejidos depende del INS, la directora Diana Pava Garzón reveló que para 2025 hay solo 120 donantes cadavéricos en el país, aunque se esperaría que fueran 2.000, por lo que "se necesita fortalecer la cultura de donación y que la familia acceda, aunque es un momento crítico, es para salvar vidas".
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En Colombia, la donación de órganos está regulada por la Ley 1805 de 2016, la cual establece que todos los ciudadanos mayores de edad son considerados donantes al momento de fallecer, a menos que hayan manifestado su negativa en vida. En el caso de menores de edad, la donación solo es posible si los padres o representantes legales otorgan su consentimiento informado tras el fallecimiento del menor. La donación de órganos y tejidos es un acto altruista y voluntario que puede salvar y mejorar la calidad de vida de muchas personas que esperan un trasplante.